El director técnico, campeón olímpico, insiste en reflotar “nuestro básquet asociativo”. Y ve a Campazzo como el próximo argentino en la NBA.
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Rubén Magnano sueña siempre con un deporte mejor. Como entrenador en distintos equipos y en la selección siempre apuntó alto. El cordobés que llevó a la Argentina a la cima del mundo del básquetbol tiene claros los objetivos. “Como hombre del deporte y como hombre de la educación, aspiro a encontrar en este tiempo los elementos y las herramientas para que el 2030 nos encuentre un par de escalones por encima”, confesó.
Magnano entra a fondo y realiza una evaluación de la actualidad del básquetbol local y también a nivel nacional.
“En las diferentes competencias, de todos los niveles, creo que tenemos que recuperar las fuentes, hay que ver el modo. No tiene que ver la dirigencia ni los entrenadores, sino la competencia misma. Mi idea es que tenemos que reflotar nuestro básquetbol asociativo, ojalá lo pueda pregonar, a apoyar el básquet asociativo. Porque es el básquet que nutre al inmediato superior; al superior, vamos a decir la vitrina o el show que es la Liga Nacional, y a selecciones de distintas categorías”, advierte el campeón olímpico en Atenas 2004 con el seleccionado nacional.
“Los clubes merecen ser más cuidados, más contenidos. Necesitan de muchísimo apoyo, y para mejorar hacia el 2030, sería interesante recuperar eso. Hacer una evaluación muy, muy importante del nivel de competencia, de cómo se compite, la variable de competencia es fundamental. Hay una sobresaturación de competencia, lo estamos oyendo a diario de los entrenadores de la Liga, que no se puede entrenar”, explicó.
–En ese contexto, ¿cómo se perfecciona a los jóvenes?
–El régimen de competencia es bastante duro, bastante leonino. Al entrenador le impide tocar al equipo. Soy un convencido que por más profesional que se sea, la mejora tiene que ser diaria, y uno como entrenador tiene que apuntar a esa mejora, pero lógico, si no tenés tiempo es casi imposible y tenés que hacer ese ensayo error directamente en la competencia y la pagás con los resultados, que no es la idea. La idea de competir para mejorar está clara, pero cómo te preparás para la competencia es la cuestión. Hay que revisar eso muy seriamente en todos los estamentos de la competencia. Esto, directa o indirectamente, está golpeando las bases y bajando mucho el nivel de los jugadores.