Por María Mercedes Tenti
Segunda entrega.
Fútbol y periodismo El periodismo vernáculo se entusiasmaba cada vez más en publicar páginas enteras de las luchas futboleras que atraían a los lectores. EL LIBERAL, en su número 25º aniversario (1923) encabezó su sección de deportes con las noticias referentes al fútbol y le destinó tres páginas y medias, reseñando desde la instalación del fútbol en Santiago y La Banda, los pasos iniciales, los primeros partidos, las primeras canchas, las asociaciones con la lista de los clubes integrantes y sus directivos y hasta el primer campeonato de veteranos organizado por la Liga Cultural (pp. 128-131).
Los periodistas que se iniciaban en el relato de los match futbolísticos no eran al estilo de los comentaristas actuales, sino, más bien volcaban la visión de periodistas- público-hinchas que concurrían a la cancha. Sin embargo, muestran la mirada del juego que se tenía por entonces y el espíritu que congregaba a la mayoría, de ver un espectáculo del que se sentía partícipe en un espacio compartido. Como ejemplo podemos citar algunas publicaciones de La Hora de 1930:
Desde la Barra
Principiantes Unidos y Estudiantes Frente a frente dándose y dando muestras de coraje se juntaron los dos guapos en el bajo ¿qué haces ciruja? ¡Y si es cierto! Se juntaron de nuevo; se tienen hambre y a pesar de un tiempo indiscutible, no hubo superioridad manifiesta. La cancha coqueta de Estudiantes bien dispuesta en sus accesorios, congregó mucha gente que fue testigo de una hermosa lucha: movilidad, entusiasmo y sobre todo jugadas bonitas en ambos cuadros (LH, 6 de mayo de 1930).
Describía un panorama de un juego ameno más que de una disputa por un campeonato. Aunque el partido terminó cuatro a dos a favor de Principiantes, avalaba el juego de Estudiantes, por un lado y, por otro criticaba a ambos equipos: Seis goles hubo en el partido, seis goles magníficos… de seis facturas distintas y sólo cabe a pesar de esto llamar la atención que los avances se malograron (…) por la glotonería de los insiders.
El cronista, que firmaba como Velero N., afirmaba que los jugadores de ambos bandos se disputaban por seguir cada uno la pelota, sin hacer juego con pases, tratando de lucirse en gambetas individuales, recién a quince metros pasaban la pelota a un compañero de equipo malogrando la oportunidad de gol (LH, 6 de mayo de 1930).
Así eran los juegos por entonces: los jugadores buscaban su lucimiento individual más que el colectivo. La crisis económica que asoló al país en 1930, como consecuencia del crack de Wall Street de1929, también se hizo sentir en las canchas. La entrada sólo costaba un peso, pero frente a los bajos salarios, la crisis se notaba en la menor afluencia de público. El cronista Velero se quejaba ya que, a pesar de la ‘malaria’, la gente pagaba la entrada “para ver un partido mediocre y de paso oficiarla de postes”, afirmaba en alusión a que tenían que ver los partidos de pie. En Sarmiento, el acceso a la tribuna costaba dos pesos, cuando en Mitre cobraban uno y en La Banda, en realidad las gradas eran un ‘modesto cajoncito’, aseveraba molesto, sosteniendo que podía volar con el primer viento. Un alambre flojo y puntiagudo los separaba de la cancha (LH 17 de junio de 1830).
A pesar de las protestas, de las formas de juego y de la crisis, el fútbol continuó cosechando adeptos, tanto de jugadores como de espectadores, convocando la atención desde la prensa escrita y luego de la radio, cuando comenzó a difundirse en la provincia, extendiéndose aún más su alcance e influencia.
El popular deporte daba también espacio para actividades solidarias, como el partido que jugó Mitre en la cancha de Central Norte de Tucumán, a beneficio de un aficionado de ese club, muerto en un accidente ferroviario (LH, 1 de julio de 1930). Los sectores populares se habían apropiado de este juego que comenzó siendo elitista y se fue transformando en un fenómeno de masas.
Conclusiones Norbert
Elías es quien plantea la teoría sobre el origen del deporte como parte del proceso civilizatorio, no necesariamente ligado a la revolución industrial.
El fútbol se desarrolló en esa línea; modificaba antiguos juegos individuales por actividades deportivas en equipo. Indudablemente, la llegada del fútbol estuvo ligada al arribo de los ferrocarriles con sus funcionarios, empleados y obreros ingleses que ejercitaban este deporte. En realidad, los ingleses practicaban diversos deportes, como el tenis, el cricket y el rugby entre otros, aunque fueron el fútbol y el rugby los más adopta dos en la Argentina, con la salvedad que, el primero, de ser una práctica de unos pocos, se transformó en un deporte de masas. The Standard, periódico inglés de Buenos Aires explicaba el atractivo que despertaba el deporte eminentemente masculino …en el temperamento de los jóvenes nativos que se caracterizaba por ser ‘agresivo, vehemente, impulsivo’ y que, por lo tanto, correr, golpearse y empujarse como en una lucha continua tienen preferencia sobre la estrategia y el sentido táctico… (Archetti: 2002, p. 306).
La interpretación de Archetti explicaría la forma del juego en sus orígenes, en la que los once jugadores avanzaban muchas veces en forma desordenada -incluido en ocasiones el arquero-, buscando convertir un gol, enfrentándose a otros once que jugaban de igual manera. Íntimamente ligado a la llegada del ferrocarril, el fútbol pronto salió del ámbito ferroviario hacia la sociedad urbana de entonces, transformándose en clubes barriales.
Sin embargo, no se debe dejar de lado para Santiago del Estero el rol de los intelectuales santiagueños en la conformación de los clubes, en la integración de las comisiones directivas y en la redacción de sus estatutos. Fueron ellos también quienes conformaron las primeras asociaciones y organizaron los primeros campeonatos. A través de este trabajo se trata reconstruir los orígenes del fútbol en Santiago del Estero a partir de su introducción desde los colegios secundarios y la posterior formación de clubes en diferentes barrios de la ciudad, la organización de los primeros partidos, la formación de las primitivas asociaciones, con sus conflictos y alianzas.
El rol del estudiantado y de los profesores de los establecimientos educativos nacionales (Colegio Nacional y Escuela de Aplicación de La Banda) y de élites intelectuales fue clave para el inicio de la práctica futbolística. Primero participaban unos pocos en canchas improvisadas, pero luego se produjo una verdadera explosión colectiva y su difusión a través de clubes y asociaciones. Todos contribuyeron a conformar identidades, construidas alrededor de las instituciones, de los barrios en donde estaban insertos y de los partidos, con sus rituales que fueron modificándose a lo largo de los años y generaron el fútbol actual que convoca cada vez más y genera, al decir de Anderson (1991), comunidades imaginadas
Fuentes
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Fuente: Especial para EL LIBERAL.
7 agosto de 2022
ORÍGENES DEL FÚTBOL EN SANTIAGO DEL ESTERO (elliberal.com.ar)