Mundo Amateur entrevistó a Miguel Ángel Giménez, quien representó a la Argentina en el pasado en el mundial de Kobudo (arte marcial de manejo de armas tradicionales japonesas) celebrado el 1 y 2 de Agosto en Okinawa, Japón, donde quedó en el octavo puesto entre 196 competidores. Fue el único representante de la Argentina en las categorías combate con armas de Kobudo de 18 a 49 años, donde compitieron delegaciones Latinoamericanas, de Europa y Asia.
Miguel, empleado del Juzgado de Garantías 3 del Fuero Penal Juvenil de Lomas se hace un espacio entre sus tareas diarias y nos cuenta como fue posicionar a la Argentina entre los más importantes exponentes de este antiguo arte.
Por Mario Orellano
Miguel Ángel Giménez junto a Mitsutada Iha (campeón mundial) exhibiendo sus diplomas honorarios.
¿Cómo fue la experiencia de participar en un mundial representando a la Argentina en la tierra donde nació esta arte marcial?
Uno no toma la dimensión de los sucesos en algunos casos, recién te empezás a dar cuenta cuando otros se sorprenden de lo que contás. Después de 30 hs subido a un avión y de una escala en Alemania y otra en Japón, llegas a la isla de Okinawa, un destino paradisiaco con una historia increíble.
En mi caso particular, y al ser mi primer viaje, la expectativa era doble, entrenar con los maestros y cabezas de escuela a nivel mundial, por un lado, y por otro, participar de una competencia representando a mi país.
¿Cómo fue la experiencia de entrenar para el mundial con los maestros okinawenses?
La sensación es muy personal, en mi caso, de solo entrar al dojo (tanto de Minoru Higa como de Kotaro Iha Sensei) sentí una energía que no es corriente, es ancestral, donde miles de practicantes desde hace mucho tiempo y a lo largo de los años fueron como yo, con la idea de perfeccionarse dejando todo en cada práctica. Compartir una práctica con ellos y sus alumnos es una experiencia invaluable, me encantaría que todo practicante tuviera la oportunidad de poder hacerlo por lo menos una vez en la vida.
¿Cómo te repartiste entre el mundial de Kobudo y la posibilidad de entrenar con Minoru Higa, uno de los máximos referentes del Karate a nivel mundial?
En la ciudad de Naha, donde estábamos situados junto a Mario Ramundo Sensei como residencia principal, es donde se encuentra el Dojo del Sensei Higa. Allí se practica Karate Do estilo Shorin Ryu estilo tradicional, las clases son duras y con un alto nivel técnico, donde se repasan desde los katas mas básicos hasta los mas avanzados.
En la Ciudad de Gushikawa íbamos a practicar Kobudo (manejo de armas tradicionales) junto al Sensei Kotaro Iha y su hijo Mitsutada Iha, donde las clases comienzan con técnicas del Karate tradicional para luego pasar al manejo de armas propiamente dicho. La primera semana de práctica nos dedicamos casi exclusivamente a Kobudo, teniendo en cuenta el torneo mundial y la exhibición que se estaba preparando a modo de cierre.
La segunda semana, tratamos de repartir los días de la mejor manera posible para entrenar tanto Karate como Kobudo.
Volviendo a la competencia: ¿Cómo encontraste el kobudo a nivel mundial?
El nivel es muy alto y con excelentes exponentes del género como Mitsutada Iha, Kenta Kinjo y Mamoru Nakamoto (obviamente japoneses) también debo destacar una preminencia de los Canadienses y los norteamericanos, aunque los japoneses siguen estando al frente.
Estuviste en los seminarios y fuiste testigo de un momento especial para el karate argentino
Al día siguiente del mundial se dictaron los seminarios a cargo de los maestros Iha y Nakamoto y a la noche hubo a modo de cierre una cena, a la que amablemente fuimos invitados y donde los maestros Mario Ramundo y Cristian Lugani obtuvieron un reconocimiento de la Federación de Kobudo por su labor en la difusión de la tradición Okinawense.
Finalmente uno de los últimos días, ya practicando con Minoru Higa, recibimos una sorpresa tan inesperada como emotiva: el reconocimiento al recordado Pedro Fattore (histórico maestro de karate en argentina y referente del estilo fallecido en 2012) como 10mo Dan, un gran reconocimiento.
¿Qué conclusiones te dejo esta experiencia?
Puedo decir que fue un viaje inolvidable, cargado de sensaciones y de experiencias. Donde pude aprovechar al máximo a los grandes exponentes del Karate y Kobudo mundial, los cuales me brindaron sus conocimientos para ser volcados en las prácticas en el país y con el 8vo puesto en una competencia de casi 200 participantes puedo decir que viaje fue un sueño cumplido.