Mario Trucco. No habrá ninguno igual — Por: José Luis Ponsico (*)

Mar 15, 2023 | Opinión

El llamado llegó por Sergio Vangelista. Al toque Andrés Soto. Enseguida Armando Fuselli. Al rato una fila de colegas y amigos. Había muerto Mario Trucco, «prócer» del periodismo marplatense. A los 92 años referente insoslayable de la cultura popular en «La Feliz». Un grande de verdad.

Si ser culto remite a la sabiduría popular, al conocimiento de la mayoría de los temas que movilizan al ser humano, si abarca la pasión por el deporte, de repente saber de fútbol y de boxeo, Mario Trucco, maestro de Escuela Normal, excedió los márgenes de la Cultura. Un gran periodista.

Referente insoslayable de cuatro o cinco generaciones de escribas y personalidades del micrófono y las cámaras. Todos los marplatenses desde los que empezamos fines de los´60 y varios más. De pronto, «Maestro» reconocido del gran Alejandro Apo, hijo no biológico en el Eter, como se decía.

Mario Trucco, fallecido hace unas horas a los 92 años, estuvo tocado por una varita mágica. La de los talentosos sencillos, los que hacen e impactan con la palabra y el don de la escritura. Periodista auto-didacta desde los 17 años cuando ingresó al diario «La Mañana», en el´48. Mar del Plata distinta.

Tipo de carácter jovial, ameno. Amante de las cosas simples. De pronto jugar a la Pelota a Paleta en el Centro Vasco con sus amigos de toda la vida. Hacer de las sobremesas con periodistas un rito sagrado. El desfile de notables lo deja pegado al extraordinario relator «Fioravanti», Cabalgata «Gillette».

«Cuando el contrato me unió al gran «Fioravanti», -pseudónimo del notable Joaquín Carballo Serantes quizá el mejor relator de fútbol de todos los tiempos, desde de los años´40 hasta mediados de los´70. 

El querido <Maestro< de todos nosotros. Corría 1967″ comentó Mario no hace mucho.

En la casa estilo canadiense de Andrés Soto, virtual guía de Mario en la última década cuando sus problemas en la vista lo limitaban, Trucco en reunión de amigos -invitado especial otro querido, el profesor Jorge Tauler- desgranó momentos de la extensa trayectoria. Los 70 años de periodista.

Nunca se hizo millonario. Vivió sin sobresaltos sin sobrarle nada siendo indiscutido jefe de familia. Esposa Rosita, de toda la vida e hijos. Luego abuelo. Siempre firme junto a ellos. En los´80 una nieta, quizá favorita, lo acompañaba en su función periodística en la Capital Federal. Estaba orgulloso.

Entre cientos de anécdotas Mario desgranaba un humor contagioso. Como cuando comentaba hechos y situaciones futboleras. «Aquél River-Boca en julio del 53, River dominaba, lo ganaba fácil, Boca de contra lo dió vuelta al final. Estaba solo en mí casa. Vivir emociones en soledad es algo único», decía.

En un viaje a la Capital Federal, seis horas con Mario en «El Cóndor» una luz azul en el camino, algo imborrable. «Leer a los grandes es bueno. Nos hace bien. El periodismo supone una fuente de alcanzar conocimiento. Pero (Arthur) Schopenhauer no te hace mejor persona», enseñaba.

Corría diciembre del 71, Mario vivía la experiencia de darle mejor estada a los colegas, todos jóvenes de La Feliz. De pronto, Juan Carlos Morales, el que escribe, entre otros, tuvieron los mejores momentos en la casa de Trucco. La antigua casona en Bánfield, donde el anfitrión reunía a los amigos.

En los´60 ya era un periodista destacado. Viajó a cubrir los Juegos Olímpicos de Roma, 1960. En el 64 Copa de las Naciones en San Pablo, Brasil. Mar del Plata su lugar en el mundo exportaba al mejor. En la Gran Ciudad, una colección lo admiraba: los colegas en El Gráfico, de la revista Goles.

Mario valoraba a todos. Algunos más que otros. Hablaba mucho del talento de «El Veco», Emilio Lafferanderie, apellido francés nacido en Uruguay, luego radicado en Perú. Pleno 1968 las batallas entre Racing y Estudiantes de La Plata. Le gustaba intercambiar «con los que saben» decía.

En los´70 César Menotti lo tuvo como referente con otros periodistas luego renombrados. Entre otros Héctor Vega Onesime, Juan De Biase, Horacio Pagani. Pero Mario estaba entre los preferidos del popular «Flaco» DT campeón del mundo. Trucco reconocía el fútbol «champagne» sin renegar del táctico.

«No quiero entrar en la falsa polémica: Menotti vs. Bilardo. Los que ganan títulos y están arriba o son los mejores o están entre los mejores. Con armas distintas, pero válidas» decía. «Simpatizar con uno no me hace estar en  contra de otro. No se puede negar a Estudiantes de (Osvaldo) Zubeldía», añadía.

Hace diez años el Club Peñarol ofreció un homenaje al periodismo deportivo. Mario Trucco a la cabeza como «el referente del siglo» aunque él nunca quiso la distinción. El autor de estas líneas viajó en modo especial para estar en la cena organizada por otro «grande», el notable «Negro» Adolfo Taymir Urciuoli.

Sin tiempo para dejar el bolso, estando el ágape iniciado, se puso detrás de Mario Trucco, que como no podía ser de otro modo ocupaba la cabecera. Casi, casi, jugando al «gallito ciego», tapé los ojos y por los años que no nos veíamos, apuntalé con una metáfora:

«Perdón, el Señor es el «Charro» (José Manuel) Moreno de los periodistas deportivos?» indagó el cronista viajero. «Sé quién sos» respondió con los ojos tapados. «Pero si me vas a comparar con el «Charro» al que la mayoría de la época consideró el futbolista más completo, voy a observarte…» dijo.

«Aunque River no son mís colores, ya que tenés ésa generosidad, quiero que ser el «Charro» de River  (los´40) no el que fue a Boca, de grande (los´50) y una vez más dictaba clase el gran Mario Trucco.

Estará siempre en el corazón de quiénes tanto lo admiramos.

Honró la cultura popular marplatense. Tiempos de «Pierino» González, José María Minella -el Estadio debe a Trucco y su amigo «Cacho» De Rosa, bautismo del Mundialista- «Piraña» García, el gran Cándido González, los boxeadores locales, Ubaldo Sacco, padre, «Tito» Yanni, Antonio Cuevas. 

Sin olvidar personajes pintorescos: de pronto en uno de sus libros, compilación de Andrés Soto, un capítulo dedicado a un peleador de barrio, quizá olvidado, hace casi 60 años. El bravo Abebén Savino.

Sus amistades de toda la vida: Helmer Uranga, Oscar «Coqui» Gastiarena, Antonio Freije.

Mario Trucco. No habrá ninguno igual.

(*) Columnista de La Señal Medios. Libre Expresión. Mundo Amateur. Agencia Nacional y Popular

Fuente: Mundo Amateur

13 marzo de 2023

Artículos relacionados

Artículos