El fútbol toma fragmentos de la vida y nos muestra cómo somos. Por momentos lo hace de manera fehaciente, y otras de forma grotesca o exagerada. El fútbol nos refleja, pero también, nos alerta y nos cuestiona.
Desde hace un buen tiempo el FÚTBOL ha comenzado a replicar la intolerancia que recorre las calles. Todos contra todos. Que todo es blanco o negro. Que vale todo o que nadie vale nada. Que todos traman o tejen. Que la responsabilidad de estos o de aquellos, pero nunca de nosotros. Nos hemos vuelto tan intolerantes que no toleramos ni nuestros propios logros.
En la civilización de los ciber-insensibles, el respeto duerme la siesta, mientras la intolerancia vive de fiesta. El FÚTBOL es sencillamente un pretexto y las redes sociales un arma que fusila a quien piensa o siente distinto. No importan los fundamentos, ni los motivos, no hay apelación que valga… quien no coincide está jodido. Hemos pasado de la euforia a la furia, de sentir a sentenciar a diestra y siniestra.
El escándalo reina, alimentándose de los prejuicios y la mentira. Y la mentira genera ganancias para los que falsean la realidad. El acecho mediático, el constante bombardeo de información y desinformación destruyen la calma que necesita el razonamiento. La enajenación colectiva pone a todos en la misma bolsa, provocando que las cosas buenas pasen con más pena que gloria. Son tiempos de verdades huérfanas, donde preferimos creer una mentira que se asemeje a lo que pensamos, que escuchar una verdad que nos haga rascar la cabeza.
Cada 16 de noviembre, se celebra el día internacional de la TOLERANCIA, y en contrapartida, daría la sensación de que la INTOLERANCIA se festeja todos los días. Andamos como hormiguitas culonas cargando nuestros prejuicios en el lomo. Colapsando el hormiguero de sospechas, frustraciones, enojos y fanatismos ideológicos que nos hacen perder la capacidad de disenso y respeto por el otro.
Se podría decir que el FÚTBOL que disfrutamos y padecemos es consecuencia de lo que somos. Y al igual que en el MUNDO, en el MUNDITO del FÚTBOL también hay de todo. Hay buenos y malos, estrellas y estrellados, honestos y chantas, cronistas y comerciantes de humo… El asunto es aprender a identificarlos.
Fuente: Dosis Futbolera
1° abril de 2023