HACE 9 AÑOS DECÍAMOS ESTO…. HOY DECIMOS LO MISMO – MOVIMIENTO SOCIAL DEL DEPORTE – Ante el proyecto aprobado en el Senado, respecto al SERVICIO CÍVICO VOLUNTARIO (SCV)

Jul 23, 2019 | Sin categoría

 

 

 

“EDUCACION PARA POCOS – CUARTEL PARA LOS POBRES”

20190723Carlos Toyama

Fotos: Toyama y Ortigala autores del programa de la AUD

EDUCACIÓN PARA POCOS – CUARTEL PARA LOS POBRES”, “VOLVER  A LOS CLUBES”, “EL MEJOR LUGAR PARA LOS JÓVENES: LA ESCUELA Y LOS CLUBES”, “EL DERECHO A LA EDUCACIÓN SE EJERCE EN LA ESCUELA”, todos estos son títulos que aparecen en los medios todos los días referidos debate abierto por el Servicio Cívico Voluntario.

Ya nos decía el General Perón en Setiembre de 1973, en su casa de Gaspar Campos, en diálogo con agrupaciones juveniles de la época:”Como en el 45, habrá que VOLVER A LOS CLUBES”. Hoy la tarea es la misma, sacar a los jóvenes de la calle ofreciéndoles un espacio físico donde desarrollen actividades propias de su edad y se reconozcan entre ellos: tales como deporte, teatro, música, capacitación laboral, etc. En ese entonces nos decía el General: “donde haya una canchita, un potrero, una cancha de bochas, una cancha de básquet, un gimnasio, un teatrito vocacional, HAY QUE HACER CLUBES”. Hoy debemos hacer lo mismo que entonces: donde no haya clubes hacer nuevos y donde existan clubes cerrados, trabajar para ofrecerlos de nuevo a la comunidad. 

Esto que aparece de fácil resolución, no lo es, ya que requiere la decisión conjunta del Estado y la Sociedad. Políticas de Estado solas, sin un compromiso genuino del conjunto de la sociedad no alcanzará. ESTA DEUDA SOCIAL con nuestros jóvenes, que tenemos los argentinos la deberemos pagar entre todos.

Políticas erróneas, negligencias, complicidades, ausencia del estado, crisis de la familia, individualismo, liberalismo salvaje, mercado, etc., nos alejaron del circulo virtuoso que teníamos los argentinos: familia, escuela, el trabajo, clubes, teatros, el barrio, lugares donde se desarrollaban los valores del amor, el respeto, la solidaridad, se construía la identidad y la pertenencia.

Los tiempos son otros, y hoy cargamos, TODOS los argentinos una derrota cultural, que es necesario hacernos cargo de ella para comenzar a superarla.

El Gobierno está haciendo su gran parte, con claras políticas de inclusión social y asumiendo el Estado un papel protagónico en esta nueva etapa de reconstrucción del ser argentino.

Este debate abierto solo se resuelve con propuestas y compromiso plena de toda la sociedad para fortalecer las políticas públicas que van en este sentido, generando y/o fortaleciendo instituciones de la sociedad que den sustento y sustentabilidad a las políticas de inclusión e integración social.

El proyecto aprobado en el Senado, respecto al SERVICIO CÍVICO VOLUNTARIO (SCV)”, va a contramano de ese compromiso y constituye una propuesta de disciplinamiento social de los jóvenes en condición de pobreza inadmisible por muchas razones:

1. Es un proyecto que olvida que la educación es un derecho garantizado en la Constitución y en los pactos y tratados internacionales que tienen rango constitucional. Si es un derecho NO es un servicio, y, las y los jóvenes que no estudian ni trabajan no deben servir a nadie. Es el Estado el que “deserta” de su función, si no garantiza el derecho a la educación y lo suple por “entrenamiento” en oficios.

2. Es un proyecto que desconoce que la institución para formar a los y las jóvenes, de todos los sectores sociales, nacionalidades y religiones que habitan el suelo argentino es la escuela. Aún cuando el Art. 10 del proyecto contempla que “Los ciudadanos o ciudadanas que ingresen al servicio cívico voluntario con el ciclo educativo básico incompleto, deberán incorporarse al establecimiento educativo más próximo a la dependencia afectada al mismo mientras dure su capacitación técnica”, la lógica que orienta el proyecto, supone legitimar un espacio de formación diferencial para quienes se encuentran en condición de “riesgo social”. Institucionalizar la desigualdad, no es lo mismo que reconocer las diferencias.

3. Es un proyecto que desconoce que el lazo social y la solidaridad se consolidan integrando a todos los niños y jóvenes en la escuela en un proyecto común. Generar un circuito diferenciado de formación, refuerza la distancia social entre quienes asisten a la escuela “común” y quienes además deben asistir “voluntariamente” a propuestas educativas como la del SCV.

 4. Es un proyecto que continúa la lógica asistencial de los ’90 basada en la idea de que hay jóvenes a quienes hay que educar “de otro modo”, una pedagogía específica para quienes son considerados un factor de “riesgo”, negando la construcción social de la exclusión y la responsabilidad del Estado y de la Sociedad en su conjunto frente a las causas que lo generan. Es la sociedad que los estigmatiza la que genera el riesgo social al no garantizarles una vida digna. El orden de los factores altera el producto, no es lo mismo operar sobre las causas de la exclusión que condenar a los excluidos.

5. Es un proyecto de focalización de la política pública que busca la contención social de quienes estigmatiza como población de riesgo en lugar de proponer leyes y medidas fundadas en el derecho de todos los ciudadanos a condiciones de vida y a una educación digna y capaces de integrar en un proyecto nacional y no de generar una relación asimétrica de tutela cimentada en la desvalorización y desconfianza hacia los jóvenes de sectores populares, sus entornos y familias.

6. Es un proyecto que utiliza los incentivos monetarios como moneda de cambio para que las familias en condición de pobreza “elijan libremente” el SCV. ¿Por qué no destinar esos recursos a reforzar las becas escolares existentes, al fortalecimiento institucional de los clubes o entidades intermedias con apoyo de  recursos humanos –profesores de educación física, educadores, artistas, y ampliación de infraestructura (fundamentalmente baños) en las mismas, qué más allá de sus limitaciones puedan ser utilizadas para integrarse en estrategias más universalizantes?. 

 

En este sentido el Movimiento Social del Deporte (MSD), ha impulsado un Proyecto para aportar recursos financieros al Programa “Asignación Universal por Hijos”, para ser destinados al deporte, al arte y la recreación de nuestros niños y jóvenes, tanto en clubes, polideportivos, escuelas o playones, cerrando de esta manera el círculo virtuoso: educación, salud y deporte-cultura. *

Evidentemente la propuesta del SCV no es cívica ni voluntaria. Esta política focalizada no garantiza civismo sino asimetrías ya que las relaciones de ciudadanía implican derecho. Menos aún puede pensarse que lo elijan “a voluntad” quienes en función de sus condiciones materiales de existencia están privados de la autodeterminación de sus vidas. Expresa, como muchas otras políticas, las paradojas de una sociedad en la que conviven fuerzas contradictorias, por un lado aquellas tendientes a reconstruir un proyecto nacional capaz de integrar a todos –y no meramente de incluir sin importar dónde y cómo-; y por otro, fuerzas excluyentes que han hecho “como si” incluyeran mientras sostienen formas de guetos y resultan más clientelares que los populismos que se empeñan en denunciar. Proponen “comprar” las voluntades de los sectores más vulnerados a través de sueldo –tres veces la AUH–, vivienda y comida en los cuarteles, en lugar de garantizarles lo que es su obligación: una escolarización que garantice para todas y todo el derecho social a la educación y al deporte.

Para terminar con el análisis del Proyecto del SCV, debemos destacar que dicha iniciativa no paso por la comisión de Educación del Senado, ya que la propuesta fue impulsada desde la comisión de Justicia y Asuntos Penales, esta falta de criterio en el tratamiento del Proyecto,  aumenta la suspicacia respecto al verdadero sentido del Proyecto “integrador”. Por todo ello afirmamos, que el Deporte y la Cultura, junto a la escuela, deben constituirse en pilares centrales de las políticas sociales de inclusión e integración de nuestros niños y jóvenes, donde la sociedad debe ser protagonista fundamental, a través del fortalecimiento familiar y la participación en las instituciones intermedias, clubes, uniones vecinales, cooperadoras, etc., generando una nueva dirigencia social, que acompañe los nuevos desafíos a los que nos enfrentamos.

NADIE SE REALIZA EN UNA COMUNIDAD QUE NO SE REALIZA.

Carlos E. Toyama

Coordinador del Movimiento Social del Deporte

20 Octubre 2010.

 

* LEY 27.201 DESDE EL AÑO 2015 QUE NO SE CUMPLE 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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