El boxeo, ¿es o no un deporte?

Oct 15, 2013 | Opinión

 

 

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En los últimos años comenzó nuevamente una ola de proliferación del boxeo en nuestro país, aparecieron más boxeadores exitosos y con ello más gimnasios donde practicar este deporte y más gente que se vuelca hacia la actividad. Y con todo el resurgimiento de la actividad también vuelven a escucharse las voces que descalifican a esta actividad como deporte y las que lo defiende como tal.

El boxeo no es, como muchos piensan, un deporte deshumanizado. Si buscamos un poco en los orígenes de esta actividad, encontramos lo que expresó el sociólogo Luis Jesús Galindo Cáceres, las sociedades buscaron formas para remediar las tensiones entre los pueblos que derivaron en actividades recreativas de autocontrol civilizador. Aunque el científico social no habla directamente del boxeo, detalla que el deporte, en primera instancia, responde a una imitación de batallas, de guerra, donde la lucha por sobrevivir es la esencia, la característica principal del boxeo.

No hay que desconocer que la mayoría de los deportes entrañan un factor de competitividad. Son competiciones que implican el uso de la fuerza corporal y de habilidades que también pueden llegar a verse en el ámbito militar. Las reglas que se imponen a los contendientes tiene la finalidad de ordenar la práctica del deporte y de reducir el riesgo de daño físico al mínimo.

El mencionado Galindo Cáceres explica que los actos violentos dejan de serlo cuando se busca la recreación (aunque parezca sanguinario como el boxeo), se le da un objetivo y se le dota de normas para proteger a quienes se enfrentan, lo que implica un nivel de civilidad y socialización.

Quienes critican al pugilismo centran su ataque en la violencia de los enfrentamientos. Afirman que no se puede definir como deporte, pues la esencia de éste es elevar el espíritu y humanizar. Según los detractores, ni lo uno ni lo otro lo hace el boxeo. Sin embargo, el boxeo se muestra como muy humano entre los deportes si se considera que el primer objetivo del Hombre es sobrevivir, lo mismo que hace un pugilista sobre el ring. Centra su grandeza en el respeto a la integridad del oponente y a cumplir con un rol de la mejor manera posible.

Aunque el pugilismo es violento, pero noble; acaso está actividad sea una de las que más códigos posee, ya que luego de esa cruenta batalla librada los contendientes quedan como si nada hubiera pasado y se funden, la mayoría de las veces, en un abrazo de contención, reconocimiento y felicitación. Cada deporte debería respetar todos esos códigos que muchas veces son dejados de lado cuando se termina la competencia.

El boxeo cumple con la tesis que el sociólogo mexicano hace sobre el deporte, en el sentido que se convierte en un método de autocontrol; donde la afición puede desfogar sus sentimientos, frustraciones y necesidades, hasta de forma agresiva (mátalo, se llega a escuchar en las gradas), pero que se va cuando la función termina, “porque en el proceso civilizador está en juego el control de la agresividad violenta”.

El pugilismo, como una de las ramas del deporte, es civilizador, de acuerdo a la postura de Galindo Cáceres, pues ayuda a la formación de grupos, la búsqueda de objetivos y la firma implícita de un pacto social, donde los integrantes de una comunidad aceptan las reglas del colectivo. Además ayuda mucho en lo social ya que sociabiliza y saca a muchos chicos de la calle y en muchos casos ofrece la posibilidad de poder tener un futuro mejor. Así que desde nuestro lugar, bregamos por la defensa del boxeo como deporte.

Fuente: AREDA – Por Leandro Conde
26 de Septiembre de 2013

http://www.aredaclubes.org.ar/nota-edi55.htm

 

 

 

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