Flaco, talentoso, arquero. Nació en el barrio porteño de La Boca el 18 de marzo de 1899. Américo Miguel Tesoriere fue un ícono del fútbol amateur en nuestro país y sin dudas, uno de los primeros jugadores que impulsó la popularidad de este deporte, luego del famoso Club Alumni.
Con espectaculares y ágiles atajadas, Tesoriere, el guardameta formado futbolísticamente en el Club Atlético Boca Juniors, jugó en ese club desde 1916 hasta 1927 (a excepción de 1921, cuando defendió los colores de Sportivo del Norte).
Reconocido por ser un excelente deportista, pero también por un buen humor proverbial, tanto en el campo de juego como fuera de él, integró los equipos xeneizes que conquistaron los campeonatos de 1919, 1920, 1924 y 1926.
Durante diez temporadas, Tesoriere defendió el arco del club de la Ribera y sus actuaciones le abrieron las puertas de la Selección Nacional. Vistió la casaca albiceleste en 37 oportunidades y ganó los campeonatos sudamericanos de 1921 y 1924 (con la valla invicta en ambos). Este último torneo significó, para los historiadores, la virtual consagración de Tesoriere, ya que su actuación mereció el reconocimiento hasta de sus rivales, la selección de Uruguay.
Al finalizar el encuentro, los jugadores uruguayos lo subieron en andas y lo trasladaron hasta el palco de honor, lugar en el cual se encontraba el primer mandatario del país oriental, quien lo saludó y felicitó efusivamente.
Américo participó de la inolvidable gira de Boca Juniors por Europa, en 1925. Boca con en esa gira realizada por Europa con 19 partidos jugados, 15 ganados, un empate y tres derrotas, se convirtiéndose en el primer equipo criollo en llevar los prestigios del fútbol argentino a tierras europeas y por este motivo estuvo ausente del campeonato local. El campeonato de 1925 de la Asociación Argentina fue ganado por Huracán, mientras que el de la Asociación Amateur lo conquistó el Racing Club de Avellaneda. Pero la Asociación Argentina, y en virtud del exitoso periplo por el Viejo Continente, decidió declarar a Boca Juniors como Campeón de Honor de 1925.
Su popularidad era tan grande, que fue uno de los primeros ídolos masivos en su puesto y fue el primer futbolista en aparecer en la tapa de la revista “El Gráfico”, que antes de ser puramente deportiva se dedicaba a la información general.
Don Américo, como se lo trataba familiarmente en sus años del retiro, murió el 30 de diciembre de 1977. Pero la imagen de sus últimos años, con la permanente sonrisa y los cabellos canos, quedó en la memoria de la ciudad, como su retrato emblemático de los años mozos, con la gorra de arquero y la pelota de tiento atenazada entre sus manos.
LOS CANTITOS DE LAS HINCHADAS
La cultura de los cantitos de las hinchadas de fútbol es tan grande en Argentina como en ningún país futbolero del mundo. Es un ritual que diferencia al fútbol argentino de los demás. Las canciones en el fútbol nacieron en Inglaterra en 1898 y arribaron a la Argentina entre 1910 y 1920. Estos cantos en sus orígenes no eran para el equipo sino para un jugador en particular. Y Américo Tesoriere fue el primer jugador argentino que se tenga memoria que se hizo acreedor al fervor popular con una canción (fue entonada durante muchas décadas para cualquier buen arquero) que decía:
“Tenemos un arquero
Que es una maravilla
Ataja los penales
Sentado en una silla”
Fuente: Libro “100 Ídolos Porteños” de Horacio del Prado y Víctor F. Lupo
Editorial Corregidor
Capítulo 4 – Página 24
Marzo 2024.