Las organizaciones sociales y los “sellos de goma”.
Por Dr. Héctor A. Gallo
Parte I
Siempre pensamos que todo tipo de organización social se nutre y desarrolla desde abajo, desde los cimientos. Las bases son las que a nivel individual provocan y generan las denominadas entidades de 1er. Grado. Se reúnen, vislumbran intereses y objetivos comunes y establecen la convivencia desde el debate sobre su forma, aparecen los estatutos. El estado interviene y les autoriza a funcionar, aparece la PERSONERIA JURIDICA. Estos son los clubes, por ejemplo. Luego las instituciones, los clubes en nuestro caso, conformar espacios de desarrollo comunes, la vinculaciones con algún deporte, con alguna motivación puntual y de necesidad legal, todo lo cual les genera la necesidad nueva de armar otro tipo de organización, denominadas esta vez, de 2º grado. Luego si existen plataformas más globales o de territorios obligan al nacimiento de entidades nacionales.
Si se entiende el relato y para redundar, la reunión de personas termina en una entidad nacional o internacional. Véase el ejemplo básico del deporte: club, asociación de clubes, federación provincial de clubes y confederación de clubes, y en esa línea de ejemplo para nuestro caso: club Amistad y Unión o Estudiantes de Paraná o Club Don Orione ó Club S.Barracas/ AREDA o ACLUDEPA o FEDECIBA ó Asoc. Clubes del Oeste o Unión de Clubes de Barrio u OCLA (Organización Clubes de Lanús) /Federación de Clubes de la Pcia. de Santa Fe o ACLUDEPA Campo/ Confederación Argentina de Clubes. Con otro ejemplo se puede ver también: club Echesortu de Rosario/ Asociación Rosarina de Básquet/ Federación de Básquet de Santa Fe/ Confederación Argentina de Básquetbol / FIBA.
Es claro este encadenamiento. Hay una base y hay una punta de la pirámide. AREDA, con sus más de 50 años, tiene esa filosofía común a toda la dirigencia-directiva de los clubes argentinos.
Ahora bien, en contrario, surgen organizaciones que devienen desde arriba, sin base y con no claros objetivos. Son lícitos, si. Son representativos, absolutamente no. Los dirigentes que la integran a veces se suman cuando se les invitan desde una promesa política de confusos designios. Muchas veces sus principales actores no tienen la experiencia de nuestros dirigentes, vienen de ignotas experiencias aisladas y sin ninguna base y ni práctica operativa. Invocan ilustres entidades de barrio cuya existencia se debe al aporte privado de una “billetera gorda” o de importante relación política local. Que logran? Dividir. En su afán de figurar, “vender humo” y prometer sin expresar una base desvirtúan el trabajo asociativo desde abajo que hemos sostenido desde la rica historia del deporte argentino. Otras veces tienen subyacente una teoría distinta en lo filosófico. Les gusta el “gerenciamiento”, son contrarios a leyes que protegen el patrimonio de los clubes (inembargabilidad) y son cuestionadores a los viejos dirigentes. Todas posiciones respetables y atendibles pero contrarias al ideario de la célula básica del deporte argentino (el CLUB).
Para el análisis, en esta parte I, queda interpretar esta exposición recordando al Dr. Fernando Aren, fallecido, gran dirigente de la histórica CONFEDERACIÓN ARGENTINA DE DEPORTES (CAD).
Entidad señera del deporte, parte fundamental en la extraordinaria década del deporte, allá desde los años 45/55, lo mejor de nuestra historia para quien escribe estas letras. En ese recuerdo cabe reflexionar: “al gordo Aren jamás se le hubiera ocurrido armar una Federación (o como se llame) desde arriba o invocando poderes extraordinarios ni prometiendo pasajes o estadías a los dirigentes del interior. El gordo entendía de CLUB”.
Continuará…
Fuente: Asociación Rosarina de Entidades Deportivas Amateurs
27 de marzo de 2014
http://www.aredaclubes.org.ar/nota-edi62.htm