Pese a Mayor Presupuesto en la última década en el deporte argentino* – ESTANCADOS — Por Ernesto Rodríguez III

Jun 19, 2018 | Opinión

 

 

El deporte argentino exhibió su estancamiento en los XI Juegos Sudamericanos en Cochabamba: dejada de lado por las máximas autoridades deportivas, nuestra delegación no sólo no pudo ingresar al podio por tercer Odesur consecutivo sino que cosechó la más baja cantidad de oros de la historia (42).

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La delegación nacional consiguió en Cochabamba la cifra más baja de oros de la historia.

La participación argentina en la 11ª edición de los Juegos Sudamericanos careció de la altura necesaria, más allá de los 2.570 metros sobre el nivel del mar que acredita Cochabamba. De hecho, el período de adaptación a la altura fue traumático para los deportistas, no por los inconvenientes físicos sino porque las autoridades del Ente Nacional de alto Rendimiento (Enard), el Comité Olímpico Argentino (COA) y la Secretaría de Deporte de la Nación (SDN) decidieron no apoyar económicamente las dos semanas necesarias para una correcto acostumbramiento al aire menos oxigenado. En algunos casos fueron las federaciones deportivas las que se hicieron cargo de los gastos, reaparecieron las rifas y bonos contribución y en circunstancias extremas, como descarnadamente exhibió en TyC Sports la nadadora santafesina Romina Imwinkelried tras colgarse la medalla plateada en los 10 km de aguas abiertas, salió de sus bolsillos tal como ocurría en tiempos no tan lejanos, antes de la generación del Enard en 2009. La falta de interés de las entidades superiores (y la escasez de recursos –económicos e ideas– de la Confederación Argentina de Deportes Acuáticas) hizo que se asistiera a las pruebas de natación con un equipo limitado en número y calidad. Si sólo se hubiera conseguido uno de los 15 oros que se lograron en el último Sudamericano de la especialidad, Argentina hubiera subido un peldaño en la tabla final. Pero privó la racanería de quienes toman decisiones antes que una mirada estratégica.

Argentina movilizó a Bolivia una delegación de 535 deportistas, una cifra sólo superada en la historia por los 545 que se movilizaron a Medellín 2010. Nuestra delegación fue la segunda en cantidad, detrás de los locales (733), y muy por delante de Colombia (459), Chile (448), Perú (437), Venezuela (401) y Brasil –la máxima potencia regional–, que sólo movilizó 316 atletas enfocados en los 17 deportes que otorgaban lugares en los Juegos Panamericanos de Lima 2017.

Cantidad no garantizó calidad, ya que Argentina quedó cuarta en el medallero de naciones (ver link) en tanto oros conseguidos (42), detrás de Colombia (94), Brasil (90) y Venezuela (43), una ubicación que se repitió en las últimas tres citas y deja en claro el estancamiento producto de una errónea política deportiva general.

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El panorama podría presentarse un poco más amable si se toma como parámetro las medallas totales, ya que nuestros deportistas subieron a 165 (además de las doradas hubo 60 plateadas y 63 bronces), algo más de las 157 venezolanas, pero por detrás de las 239 colombianas y 204 brasileñas.

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Ni que hablar si se calcula cuántas medallas por atleta consiguieron las delegaciones top: Colombia se aseguró un podio cada dos deportistas (0,52%) y una dorada cada cinco (0,20%); Brasil fue más eficiente ya que subió a dos podios cada tres atletas (0,64%) y su rinde en oros fue de casi tres por uno (0,28%), casi la misma cantidad de deportistas argentinos para asegurar una presea de cualquier metal (0,30%), cifra que baja cuatro veces si se piensa en oros (0,08%). El número desalienta si se considera el total de preseas en juego (1.200) ya que Argentina consiguió el 14% de los premios en disputa; de nuevo el menor total histórico.

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Lejos de cumplirse tanto el objetivo de mínima de los expertos en planificación del Enard -repetir los 45 oros de Santiago 2014- y sin poder siquiera soñar con el de máxima -70 doradas- (ver link), a la hora de repasar los logros, sobresale la inesperada cosecha de la juvenil Martina Dominici, una de las únicas tres deportistas de los Juegos junto con la colombiana Isabella Arcila y el venezolano Cristian Quintero (ambos en natación) capaces de subirse a seis podios. La gimnasta bonaerense, de sólo 16 años, dio la sorpresa para ganar el all around, fue plata en la prueba por equipos y logró bronces en los cuatro aparatos (piso, viga, asimétricas y salto). Otro jovencito para el aplauso fue el santafesino Alexis Eberhardt, quien con 18 años se coronó en rifle tres posiciones y rifle de aire, tanto individual como en equipo mixto con la cordobesa radicada en San Luis Fernanda Russo (campeona individual en la rama femenina). También fue sumamente destacado lo de la boliviana nacionalizada María José Vargas, dueña del hat trick dorado en racquetball (singles, dobles y equipos), las dos últimas también con la cruceña Natalia Méndez.

Hubo deportes que aportaron una interesante suma de medallas como el remo (seis oros y ocho platas), suma que queda desvaída si se piensa que fue la primera vez que se cayó en el mano a mano con Chile. Una situación similar sucedió con la pelota, en la que habitualmente Argentina arrasa en este nivel, y ahora sólo se consiguieron tres oros en cinco pruebas. Ni que hablar de la natación, que por falta de apoyo económico sólo envió a diez de nadadores cuando tenía comprometidos dos docenas de lugares y se colgó una solitaria plateada. También defeccionaron habituales deportes proveedores de doradas como judo (sin Paula Pareto, campeona olímpica en 48 kilos, el solitario oro lo aportó el cubano nacionalizado Luis Manuel Vega en 81 kilos), boxeo (sólo tres medallas y primeros Odesur de la historia sin oros), taekwondo, karate, básquet o rugby. Pulgar arriba para esgrima, con tres doradas y 11 podios totales; el juvenil equipo de esquí náutico con una decena de podios (dos oros) y el atletismo (cuatro oros para totalizar 12 preseas).

Teniendo en cuenta que la delegación estuvo compuesta por 286 hombres (53,5%) y 249 mujeres (46,5%), el reparto de oros fue absolutamente parejo teniendo en cuenta lo genérico (20 para cada uno y dos en pruebas mixtas) y se mantuvo la tendencia al hora de analizar los podios totales con 85 masculinos (51,5%), 74 femeninos (45%) y ocho mixtos (0,5%).

Lo preocupante es cuánto invirtió el Enard para apoyar la preparación de los medallistas. Si en el anuncio de estos Juegos se estableció que la mitad de la delegación carecía de becas (ver link), las cifras de los medallistas con carencias asustan. En total, Argentina subió a los podios a 354 deportistas. Haciendo un desglose de los mismos puede descubrirse que 132 sin ninguna clase de apoyo económico (el 37% de los que consiguieron premio), 88 de ellos poseen una exigua beca Sudamericana de $ 8.280 (25% de los premiados) y hubo otros 28 con pago de $ 5.520 como Jóvenes Talentos (8%). Si se tiene en cuenta que desde el Enard se planea eliminar estas últimas dos clases de apoyos (ver link), se puede apreciar que el 70% de los medallistas carecerá de apoyo de entidad rectora del deporte de alto rendimiento para su preparación con vistas al próximo escalón dentro de la pirámide olímpica: los Juegos Panamericanos que se celebrarán en Lima (Perú), en julio de 2019.

La desprotección de los deportistas por parte de los jerarcas nativos fue tal que ni Gerardo Werthein (presidente del COA y el Enard) ni Carlos Javier MacAllister (a cargo de SDN) se dieron una vuelta por Cochabamba en los 14 días que duraron las competencias a conocer la realidad de los deportistas por los que debieran trabajar o, al menos, lucirse en las selfies como hicieron en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Evidentemente, para los popes de nuestro deporte el alto de Cochabamba no tiene el atractivo de las calientes arenas cariocas.

ERNESTO RODRÍGUEZ III
@EPHECTO

Fuente: Olímpicos Argentinos

14 junio de 2018

https://olimpicosargentinos.com.ar/2018/06/14/estancados/amp/?__twitter_impression=true

*(Nota Redacción Mundo Amateur)

 

 

 

 

 

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