Nosotros aprendimos con dificultad que cada mañana de sol justifica al sol, justifica a la mañana y justifica que existamos.
Nosotros aprendimos que el deporte es una alta construcción del ser porque ahí no somos sueltos sino que somos, siempre somos, con otra gente y, entonces, ratificamos nuestra condición de gente.
Nosotros aprendimos que el deporte no es igual a la vida ni la vida es igual al deporte pero que la vida y el deporte, de vez en vez, se parecen porque en una y en otra respiramos tristeza y aspiramos alegría, cosquilleamos triunfos y masticamos derrotas, enamoramos proyectos y desflecamos frustraciones, perdemos de vista al sol y a la mañana y, después, los volvemos a encontrar.
Nosotros aprendimos que no sabemos casi nada de nada porque los días son cajas llenas de latidos nuevos y porque cada partido de lo que sea y con quien sea representa un desafío flamante y una oportunidad para la conciencia y para la piel.
Nosotros aprendimos que lo poquito que conocemos y lo mucho que desconocemos se puede convertir en un sol y en una mañana si lo hacemos con un compromiso en cada agua que nos moja y que nos mojará.
Nosotros aprendimos sólo eso y ahora aprendimos, además, que tendemos a recelar de las personas y de las sociedades pero no es correcto resignar la esperanza ni en las personas ni en las sociedades y si lo aprendemos en este instante es a causa de que tenemos las vísceras estremecidas porque, en las antípodas de nuestras casas, Luis Scola cierra su recorrido en la Selección mientras compañeros, y adversarios que lo sienten compañero y, también, la humanidad que no está ahí pero sí está ahí aquietan los relojes del mundo para hacer lo único que corresponde hacer: aplaudirlo.
Nosotros aprendimos que Luis Scola es un señor del que podemos aprender.
Y nosotros aprendimos una lección de vida que pronunció otro señor al hablar de Scola. Dijo el entrenador Sergio Hernández: «Con Luis aprendí que ganar no es importante. Lo importante es honrar cada cosa que hacés».
Nosotros aprendimos que eso es grandísimo. Tanto como el sol, tanto como la mañana.
Fuente: Ariel Scher
3 de agosto de 2021.