El fútbol es uno de los movimientos de masas sociales más grande del mundo, sino es el que más contendientes reúne, cabe destacar que la FIFA tiene más países adheridos a su organización que la misma Naciones Unidas (ONU), pero la incógnita está en plantearse, si es más placentero jugar o mirarlo.
El atractivo que proponen los medios de comunicación en torno al deporte, es sumamente tentador, un usuario que cuenta con el paquete de partidos, en cualquier parte del mundo, puede acceder a todos los partidos de la Liga de su país, eso le quita al menos 10 horas de su fin de semana.
El deporte profesional en el mundo es elitista, debido a que un porcentaje mínimo de la población tiene la posibilidad de vivir de ello, y no realizar una actividad laboral extra para sobrevivir.
El fútbol se ha industrializado, mueve más de 500 millones de euros al año, ese es el resultado del capitalismo, el cual transforma bienes culturales en productos, justamente, el deporte considerado más popular ha sido víctima.
El licenciado Matías Dalla Fontana, ex jugador de la Selección Argentina de Rugby, Los Pumas, presento a fines del año pasado, un estudio que establece que solo el 4% de la población práctica deporte federado.
No obstante, los índices de obesidad, sedentarismo y enfermedades relacionadas como la celiaquía, junto con la diabetes crecen en el mundo.
Fuente: Marcando la Cancha
23 enero de 2018
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