El deporte es educativo?…. El profesor de Educación Física, educa? — Por Jorge Rosental *

Sep 18, 2017 | Opinión

 

 

20170918Niños piden aliento

 

Vayamos al grano: el deporte en sí mismo no es educativo ni deja de serlo; el deporte es deporte

Y lo mismo podemos decir de cualquier actividad física. Todas ellas son educativas si las hacemos educativas; y quien la hace educativa, es quien conduce la actividad de la cual se trate. Y a quien aquí nos referiremos es al Profesional de la Educación Física.

Este profesional ha sido capacitado para una función que le permite conducir grupos de Educación Física, partiendo del supuesto que fue formado para desempeñar un rol educativo, y como tal, comprometido con el ser humano y su educación.

Subrayando esta afirmación, Lucio Martínez Álvarez, nos dice que “La Educación Física escolar forma parte de un proyecto educativo más amplio al que debe amoldarse, con el que debe colaborar y al que debe enriquecer” (1).

A los fines de este trabajo, ampliaremos el lapso “…escolar…” al que refiere el autor, al lapso de la vida, ampliación que en términos pedagógicos nos lleva a la Educación permanente; aclaración que incluye el lapso escolar, única etapa obligatoria real, del sistema educativo formal.

Otra aclaración, requiere que nos detengamos, muy sintéticamente, en los términos “Educación”, “Educación Permanente” y “rol educativo potencial”, ya mencionados tácita o explícitamente.

De la Educación, tomamos que es un proceso que aporta al desarrollo humano, en sus dimensiones motora, intelectual, ética, psicológica, afectiva, social… Entre los agentes que formalmente conducen este proceso encontramos a nuestros referentes, quienes se valen de la actividad física para su tarea, proveyéndoselos para llevarla a cabo, de conocimientos de diversas ciencias y disciplinas: Psicología, Fisiología, Anatomía, Deportes, Pedagogía, etc.

Acerca de la Educación Permanente digamos, en apretada síntesis, que asume y desarrolla el concepto de que la persona es educable desde el nacimiento hasta la muerte, para lo cual sus agentes se capacitan en el diseño y conducción de programas para bebés, niños, adolescentes, jóvenes, adultos y adultos mayores, en muy diversas especificidades.

Finalmente y en cuanto al término “rol educativo potencial”, vale la reiteración de que el deporte, en cualquiera de sus modalidades, al igual que toda otra actividad física, no es, en sí misma una actividad educativa. Muchos ejemplos podemos citar en que más que educativa, es generadora de discriminación, violencia, irrespetuosidad, etc.

Con lo cual, que una actividad sea educativa o no, depende de diversas condiciones; entre ellas, el rol que desempeñe el profesional. Será educativa, como decíamos inicialmente, si él así la hace.


Planificación y Emergentes: dos condiciones para la tarea educativa.


La planificación es un factor esencial. Permitirá al educador orientar la tarea hacia los objetivos planteados, previo diagnóstico de la situación en la que se encuentra el grupo, e incluirá los contenidos a ser procesados por los participantes; las estrategias docentes que permitirán al docente elegir los caminos más adecuados para los aprendizajes; la evaluación queposibilitará comparar lo enunciado en los objetivos, con lo realmente logrado por los participantes y tomar las decisiones correspondientes: modificar o reforzar objetivos, elevar o bajar el nivel de contenidos, revisar las estrategias, etc.

Hasta aquí el valor de la planificación. Todos sabemos de su importancia. Nada nuevo. Solo mirar al espejo de la conciencia y confrontar el valor asignado a ese factor, con la verdad que cada uno le otorga y ejecuta en consecuencia.

Hay otro factor a resaltar y que Enrique Pichón Riviere, llamó la “regla de Oro” de los grupos, cual es el respeto por los “emergentes”.


El emergente es la información que el grupo o alguno de sus miembros, – su “vocero”-, manifiesta en algún momento y que se corresponde con lo que dicho grupo puede, en ese momento, admitir, necesitar, reconocer. (2).

Este factor, poco reconocido y menos utilizado entre los docentes de Educación Física, es un potencial disparador de hechos educativos. Para quien maneja esta herramienta, el insulto o la discriminación en el deporte -por ejemplo-, además de una agresión, pasa a ser una oportunidad para trabajar con el grupo el concepto del “otro”, y todo lo que el concepto incluye; un hecho violento, puede ser retomado para su procesamiento y posible cambio de actitud. La “contraprestación” como conducta, (voy si me dan …., lo hago si me hacen…) a la que se responde con una conducta simétrica, pasa a ser, si se la toma como emergente, un disparador a ser recuperada por el grupo a los fines de ser modificada. Y así podemos señalar múltiples actitudes y acciones susceptibles de ser  transformadas en oportunidades educativas.

Estos comentarios dan cuenta de que el proceso educativo no es lineal ni simple; más bien diríamos que es complejo. Es que al ser ejecutada aquella planificación, se cruzan cuestiones no programadas: ninguno de los emergentes señalados -el insulto, la violencia, la contraprestación-, estarían planificados. Sin embargo aparecen, emergen; lo cual nos permite recuperarlos para hacer de ellos una posibilidad educativa, en lugar de una respuesta expulsiva a su ejecutor o dejarla pasar como si “aquí no ha pasado nada”


La fertilidad de la actividad física para trabajar valores.


Lo planteado hasta aquí nos lleva al potencial educativo de la Educación Física, en relación a la educación en valores.

Valor, en el contexto de este trabajo y sin entrar en el terreno ético-filosófico, es aquello que jerarquizamos en su importancia. La solidaridad es un valor, la inclusión social es un valor. La lealtad, la ley, la educación, el amor, la actividad física, el trabajo, el respeto, la salud, la amistad, la justicia, son valores. Y así podemos enunciar una cantidad de términos que en nuestra cultura clasificamos y calificamos como valores. De hecho cuando hacemos una crítica a la ausencia de  estos aspectos, hablamos de crisis de valores.

Dicho esto, abordamos la relación entre valores y actividad física, permitiéndonos realizar una afirmación atrevida y casi arriesgada: la Educación Física es inigualable cuando de enseñar valores se trata. Es que como ningún otro campo de la docencia, tiene un alto componente espontáneo, expresado en el apoyo o insulto al compañero por el error cometido, lealtad con el adversario ante el triunfo o la derrota, reacción violenta ante una infracción propia del juego, etc.

Sumerjámonos por un momento en el deporte, el campamento o el juego, –tres agentes del área-, y visualizaremos las infinitas acciones espontáneas que en ellos tienen lugar. Planteadas como oportunidades para la acción educativa, vemos también que ningún otro campo de la docencia, cuenta con ellas. Es que en la actividad física se involucran todas las dimensiones humanas… solo hay que mirar, escuchar,….y dar, -o no- una respuesta educativa,….Veamos  ejemplos en el deporte.

Cuando un deportista del equipo que conducimos insulta al árbitro o un papá que ingresa al campo de juego para agredirlo, lo que están haciendo, simbólicamente es atacar a la ley. ¡¡Qué oportunidad de trabajar ese valor!¡   

Cuando nuestro equipo pierde su partido y se retira sin saludar al adversario, ese que dio la oportunidad de jugar, de competir, y dejamos pasar la situación, perdemos la oportunidad de trabajar la lealtad con quien fue mejor.

Nos pasamos hablando de inclusión…., e indicamos a nuestros alumnos que elijan equipos a través del “pan – queso”, forma de elección que deja para el final a quien menos habilidad tiene, al gordito, etc., alentando la exclusión… y podemos seguir citando ejemplos.

Ahora bien, se podrá preguntar ¿por qué en la Educación Física habremos de trabajar valores que trasciendan lo corporal o el movimiento?

La respuesta, retomando a Martínez Álvarez, es que la Educación Física  forma parte de un proyecto educativo más amplio con el que debe colaborar y al que debe enriquecer.

Sin embargo, y como decíamos en párrafo anterior, el compromiso con la educación, no es automática. Depende de que el profesor se enrole como educador y proceda en consecuencia.

Una consideración en ese sentido, es que las instituciones formadoras, además de la formación en contenidos específicos, orienten su currícula a profundizar aquellos contenidos que atraviesan todas las asignaturas y que quedan librados a cada docente: empatía, respeto, solidaridad, inclusión,  salud, ética, trabajo en equipo, ley…., y que se desarrollen en programas teórico – prácticos.

Esta consideración, así como otras contenidas en el artículo, pretenden ofrecer respuestas al título que lo encabeza, colaborando con la concepción del deporte como hecho educativo, así como al rol que desempeñan los profesionales de la Educación Física.

* Profesor de Educación Física.  Consultor

jrosental@fibertel.com.ar;

www.jrosentalconsultor.com.ar

(1) Martínez Álvarez, L, La Educación Física y el Deporte en la edad escolar, Buenos Aires, Miño y Dávila, 2011

(2) José Blejer (de Enrique Pichón Riviere), Temas de Psicología, Buenos Aires, Ediciones Nueva Visión, 1982

Fuente: Mundo Amateur

18 setiembre 2017.

www.elmundoamateur.com.ar

 

 

 

 

 

 

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