El sistema del Enard está en la mira de los deportistas: cuatro maratonistas olímpicos se encontraron sin beca por un error dirigencial, mientras que un doble medallista olímpico se quedó sin apoyo y un judoca top ten en Río de Janeiro 2016 vio bajar sus ingresos casi un 60%.
Este fin de semana, cuatro de los seis maratonistas que representaron a la Argentina en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro -un logro deportivo inédito en la historia de nuestro atletismo pese a que la Confederación Argentina (CADA) impuso marcas más difíciles que los estándares mundiales- dieron a conocer que el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard) les había quitado la beca del 50% extra de ingresos que recibían por su clasificación olímpica (algo que estaba preestablecido que ocurriría una vez terminados los JJ.OO.) y que les informó que se quedarían sin la beca base. La publicidad del retiro de los apoyos a Luis Molina, María de los Angeles Peralta, Rosa Godoy y Viviana Chávez hizo que desde las oficinas del Enard se explicaran las particularidades del caso: los maratonistas tenían becas especiales que debían ser refrendadas por la Confederación Argentina de Atletismo (CADA), entidad que obvió hacer el pedido de prórroga. Al hacerse público el caso, desde el Enard confirmaron que se les mantendrá la beca en tanto esperan que desde CADA se les envíe un plan de evaluación de los logros a futuro.
El conflicto que hicieron patente lo fondistas es sólo la punta del iceberg de un dilema por el que la Comisión de Atletas del Comité Olímpico Argentino (COA) expuso sus razones ante las autoridades del Enard. El ente creado por ley en 2009 y puesto en funciones un año después dispuso de un presupuesto global de no menos de 250 millones de dólares gracias a la alícuota del 1% sobre la facturación de la telefonía celular. Su puesta en funciones le dio un notable empuje logístico al deporte olímpico, liberó a los deportistas de las preocupaciones sobre los viajes a sitios de competencias, planes de entrenamiento y apoyos para su preparación. Pero el sistema de beca siempre fue un tema que generó rispideces.
El razonamiento de las autoridades del Enard es ceñirse a la fría y perfectible letra del reglamento para establecer mejoras o quitas en los apoyos a los deportistas. Según los listados que publica el Enard en su página, Paula Pareto mantendrá su beca de excelencia de $ 27.000 (la consiguió al lograr un oro en el Mundial 2015), cifra que alcanzarán Santiago Lange, Cecilia Carranza y Los Leones por sus oros (un incremento aproximado del 50%). De manera inversa siete miembros de Las Leonas descenderán al escalón previo ($ 18.000) al no poder revalidar el bronce de cuatro años atrás. Peor es el caso de los timoneles Juan de la Fuente y Lucas Calabrese, quienes recibían esos $ 18.000 y se quedaron sin ningún apoyo por no poder revalidar el podio de Londres 2012 por lo que no tendrán otra clase de sustento ya que su clase (470) no figura en los Juegos Panamericanos o en los Odesur por lo que no son elegibles de acuerdo con la fría letra del reglamento. Eso sin poner en consideración que De la Fuente, Rebecchi y Barrionuevo tenían medallas anteriores a Londres, con lo que han demostrado la pertenencia a la elite de sus respectivos deporte por más de un ciclo olímpico (cuatro en el caso del velerista).
En el caso de los diplomas se reportan alzas y bajas de similar calibre, ya que si bien hubo 11 en logar de los diez logrados en la capital inglesa, un par de ellos se dieron en deportes nuevos (rugby y golf); otros cuatro se mantendrán (los boxeadores Alberto Melián y Yamil Peralta -en tanto desde la FAB lo soliciten- y los equipos de básquet y vóley masculinos). La actuación en Río implicará un incremento del 200% para la luchadora Patricia Bermúdez (de $6.000 a $ 18.000); del 125% para la tiradora Melisa Gil, el jinete Matías Albarracín y los hermanos Yago y Klaus Lange. Y también grandes descensos. El palista Rubén Rézola vio bajar sus ingresos en un 33% ya que no revalidó el quinto puesto en Londres y será recompensado por el oro panamericano en el K2 de Toronto 2015. Un tanto más perdió un finalista olímpico y mundial como es Germán Lauro, quien por no quedar entre los top 8 en su tercera participación olímpica, verá reducirse sus ingresos (en los valores que actualmente publica el Enard) más del 55% (de $18.000 a $ 8.000), decisión que no parece acertada si se establece que aún tiene chances de una campaña olímpica en la elite. Similar es el caso del judoca Emmanuel Lucenti, quien con tres JJ.OO. en la mochila, recibirá menos del 55% de lo que se le pagaba por quedar séptimo en Londres 2012 cuando en Río 2016 finalizó en novena posición.
Parece necesaria una revisión al sistema de becas, sobre todo en el apoyo a los atletas que están entre los top mundiales de cada deporte. Tal como ejemplificó uno de los miembros de la Comisión de Atletas del COA: “Este sistema de becas no nos parece justo. Nole Djokovic perdió en primera ronda de Río de Janeiro ante Del Potro; si siguiéramos los lineamientos del Enard, ¿le sacamos la beca? Hay que tener en cuenta el pasado, el presente y futuro de cada deportista con lo que hizo, su actualidad y proyección. Nos conocemos bien quién es cada uno en el alto rendimiento en este país”.
Fuente: Olímpicos Argentinos – ERNESTO RODRÍGUEZ III – @EPHECTO
03/11/2016
https://olimpicosargentinos.com.ar/2016/11/03/becas-de-la-discordia/