Fines de 1968… Fui a la CGT de Paseo Colón y allí pedí unos afiches con dibujos de Ricardo Carpani, que por esos días aparecían pegados por todo Buenos Aires. Me dieron de dos distintas creaciones, uno que resaltaba las figuras de Peron, Evita y Trabajadores. Y otro con puños cerrados de los militantes en sus fábricas. Ambos, con textos contra la dictadura gobernante y con un «Perón Vuelve» – «Perón es Revolución». Y en zona de Barrancas Belgrano, junto a otros Compañeros, anduvimos de pegatinas…
Guardé en mi bolso deportivo dos de esos afiches. Al día siguiente, fui a entrenarme a la Sección Jorge Newery de mi Club, Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires…
Y allí, decidí pegar con cintas engomadas, cerca de la entrada al estadio, esos dos últimos afiches que me quedaban…
Al día siguiente, gran conmoción en Gimnasia. Reunión con lxs atletas, con la presencia del presidente del Club, el Dr. Agricol de Bianchetti, algunos dirigentes y el profesor Benitez, entrenador de atletismo.
Quién pegó esos afiches?
- Yo señor, respondí de inmediato.
- Y aunque estaban del lado exterior, el «pecado» había sido muy grave…
Se me informó que estaba expulsado del Club y que se me prohibía la entrada a todas sus instalaciones.
Por entonces, yo era el atleta más veloz de la Argentina, desde 1966 en adelante, a pesar de mi condición de juvenil, con una marca en los 100 metros llanos, que estaba a una sola décima de segundo del récord nacional que Gerardo Bonoff tenía desde 1948: 10.3″ segundos.
La Confederación Argentina de Atletismo convocó en 1969 a torneos selectivos de marcas, ante la necesidad de la participación argentina en los juegos sudamericanos de mayores, a realizarse en la República de Ecuador. Participé de esos selectivos como «atleta libre», al no estar afiliados en ningún club. Triunfé en todos los selectivos, por lo que integré esa Delegación Argentina que viajó a Quito, Ecuador, a principios del mes de Octubre de 1969.
El 8 de Octubre, por la mañana, resulté triunfador en mi serie clasificatoria de los 100 metros llanos, registrando 10.4″. ¡Felicidad absoluta, ante logro tan importante!
La Villa Olímpica para ese Sudamericano, había sido establecida en las hermosas instalaciones de la Ciudaf Universitaria de Quito. Esa noche de Octubre, luego de cenar, estábamos algunos atletas argentinos dialogando con otros de distintos países.
Periodistas de medios ecuatorianos hacían entrevistas a los participantes. Y me tocó el turno de hablar ante uno de ellos…
Y luego de recordar del triunfo conseguido en la serie, me preguntó por mi condicion de argentino , «que opinaba de lo que estaban haciendo un grupo muy pequeño de estudiantes que permanecían en el fondo del salón comedor», cantando al son de bombos y clarines.
Pregunté de qué se trataba y el periodista me informó que ellos estaban conmemorando el segundo aniversario del asesinato de Ernesto Guevara, el «Che», mi connacional, según me dijo…
Respondí que lo admiraba por su lucha libertaria, por sus utopías y su entrega en favor de los pueblos oprimidos.
Y luego agregué, » que los argentinos, además de recordar al Che, nosotros festejamos cada 8 de Octubre, el cumpleaños del General Juan Domingo Perón, que volverá a la Argentina y terminará con la dictadura que desde 1955 asola al país …» Palabras más, palabras menos, quizás uno o dos minutos en total.
Y luego a dormir y descansar, pensando en series y finales de otras pruebas.
Al día siguiente, durante la cena, aparecieron un grupo de personas, vestidos con trajes y corbatas. Hablaban con los directivos de nuestra Delegación, y en un momento determinado, el Profesor Benitez ( sí, el mismo de Gimnasia y Esgrima) me llamó hacia ellos.
Comenzaron las presentaciones y uno de ellos, cuando le pasé las manos, ignorando mi saludo, me insultó directamente («Pendejo de mierda» me dijo), por mis expresiones ante la prensa televisiva de la noche anterior.
Entonces pregunté: «Quién es este tipo?»
Y Benitez me dijo…» es el Coronel Orfila, Embajador Argentino en Ecuador, hermano del Presidente de la OEA (Organización de los Estados Americanos…»
A lo que respondí: «Seguro que será uno de los torturadores y secuestradores que asolan a todos los argentinos. Ya volverá el General Perón y este delincuente irá preso…»
Y me dí media vuelta, volviendo hacia la mesa en que estaba cenando, en medio de los gritos e insultos del Coronel.
Supe después que el embajador, había pedido se me enviara inmediatamente de vuelta a Buenos Aires, algo que no se pudo hacer porque teníamos una visa colectiva que lo impedía. Me exigían que dijera ante aquél medio televisivo, que me había equivocado en mis manifestaciones, y que pedía rectificación de mis dichos…
Ésto lo conté muchas veces. Fue el principio de mi final en el atletismo, en mi mejor momento deportivo, con un futuro promisorio en mi vida deportiva.
Fui sancionado por «indisciplina» por un año para Torneos Internacionales.
Manifesté entonces, que no aceptaba esa sanción ya que creía que no había indisciplina, aunque sí había una sanción por mi ideología política.
Y decidí no correr nunca más, ante tamaña injusticia!!!
Hoy, con el diario del lunes, a pesar de tanto dolor, manifiesto que no estoy arrepentido de haber tomado aquélla decisión.
Y hubieron momentos peores. Mi padre fue asesinado salvajemente por tener principios y ser un dirigente y militante peronista, como el que más, en la Provincia de Misiones. Mi familia fue perseguida por las distintas dictaduras y pseudos gobiernos democráticos, con un Peronismo proscripto. Hermana presa y cuñado desaparecido. Y yo, un sobreviviente a la capucha y la tortura, que puedo escribir sobre muchas experiencias…
Y hoy, a cincuenta y cinco años de mi última carrera atlética, aún manteniendo aquéllos récords nacionales, les dejo este humilde relato, que comparto con mis amistades y familiares, suponiendo que no he vivido en vano. Y digo una vez más, gracias Dios por esta vida!
Carlos Alberto Ripoll
ripollrumbos@gmail.com
8 de Octubre de 2024