Tres mil millones de pesos por año para el “Fútbol para Todos”, para seguir generando corrupción y sedentarismo que nos costará muy caro en el sistema sanitario en el futuro. 500 millones por año para 216 representantes olímpicos (ciclo de 2 años en Panamericanos y de 4 años en las Olimpiadas), 300 millones para que un millón de chicos participen en los Juegos Evita. Menos de una hora semanal en Educación para la Salud y formación de nuestros jóvenes, NO EXISTE POLÍTICA DEPORTIVA y a nadie le irrita.
El deporte actualmente es un gran negocio (El quinto legal del mundo) donde todos ganan menos los clubes y los deportistas, salvo raras excepciones.
Quienes tenemos la convicción de que el deporte es una imprescindible herramienta de transformación de la sociedad, como la cultura y educación, no nos conformamos con los discursos elogiosos en los actos deportivos, estamos cansados de escuchar que el deporte transmite valores, forma mejores personas, mejora la salud y blabalabla. Y después en los hechos se gasta muchísimo más dinero en los espectáculos “negocios” deportivos que en darle posibilidades de actividad física a la gente (lo que se ha gastado en un año en el Futbol Para Todos, supera lo que se gasta en diez años para nuestros jóvenes, discapacitados y adultos Mayores en los Juegos Evita).
Está demostrado hasta el hartazgo que el deporte mejora todas las poblaciones sociales, de cualquier edad, discapacidad, población carcelaria, etc. entonces porque se encuentra tanta resistencia o ceguera a la hora de invertir en la PRACTICA DEPORTIVA o ACTIVIDAD FISICA, claramente estas no son un gasto, sino una inversión con un gran rédito a mediano y largo plazo. La Organización Mundial de la Salud alerta reiteradamente que los mayores problemas de salud de la próxima década sobrevendrán de las enfermedades provocadas por el sedentarismo, costando al sistema de salud de los países mucho más que la inversión que se dedicaría a estas actividades. Tampoco nuestro sistema educativo reacciona, y las horas dedicadas en los establecimientos educativos a la actividad física de nuestros jóvenes es irrisoria, agravada por una equivocada corriente de la educación física que ataca la práctica de deportes con argumentos absolutamente falaces, destruyendo todo el sistema de Deporte Escolar tan exitoso décadas atrás.
La reciente crisis en los clubes provocada por el aumento de las tarifas de los servicios públicos, puso en el tapete la fragilidad actual de estas organizaciones de contención social, instaladas en nuestro país hace aproximadamente 150 años.
La Ley de Clubes de Barrio y de Pueblo, que protege a instituciones con menos de dos mil socios, introduce la Inembargabilidad de estas instituciones y reglamenta los requisitos para recibir apoyos del estado, pero nuevamente incurre en el único error que tenía (por desaparecer el Prode) la Ley de Deportes Nro. 20655 impulsada por Juan Domingo Perón en 1974, NO CUENTA CON FONDOS ESPECÍFICOS POR ALGÚN TIPO DE IMPUESTO QUE DEBA SER ASIGNADO A LOS CUMPLIMIENTO DE SUS OBJETIVOS.
La exitosa Ley 27573 que crea el Ente Nacional de Alto Rendimiento (ENARD) que beneficia a nuestros atletas olímpicos (que con la aplicación de algunos años demuestra que debe sufrir algunas importantes modificaciones) tiene entre sus postulados la asignación de un fondo específico derivado de un impuesto a la telefonía celular, que es su principal fortaleza.
La Asignación Universal para el Deporte y la Cultura, es la legislación más revolucionaria para nuestra actividad después de creación de los Juegos Evita hace más de 50 años, aprobada en la reciente modificación de nuestra Ley de Deportes por las leyes 27201 y 27202. Esta medida difundida e impulsada desde hace mucho tiempo por el Movimientos Social de Deporte (MSD) la conoce y la reconoce todo el arco político. Su aplicación revitalizara y fortalecerá a todas las instituciones del país, pero principalmente a las más humildes, las de los barrios, las más necesarias para nuestro castigado tejido social.
Esta ley incorpora a más de dos millones de chicos y jóvenes (entre 6 y 16 años) a través del aporte del ANSES al sistema deportivo y cultural de nuestro país, muchos de ellos condenados a deambular en las calles en sus ratos libres por no encontrar una actividad que los contenga. Indirectamente serán beneficiarios miles de asociaciones y clubes, profesores de educación física o promotores culturales, idóneos en diferentes ramas, muchos que ya trabajan con estos chicos ad honoren, y otros que se incorporaran por la creación de una genuina fuente de trabajo.
Dos millones de jóvenes incorporados al sistema deportivo, cuantas horas de trabajo legítimo y productivo significa para profesores e idóneos.
Todos sabemos que muchos clubes de barrio trabajan con estos chicos “a pulmón” y lo hacen muy bien, otros resisten con el sacrificio de dirigentes barriales, o padres convertidos en improvisados dirigentes por la preocupante situación de sus jóvenes, algunos inclusive tienen mínimas instalaciones deportivas que sostienen muy precariamente. Una pequeña cuota será un estímulo importante para fortalecer y dignificar estas instituciones.
El Estado se verá beneficiado de múltiples maneras:
1) Mejora de la salud y prevención de enfermedades derivadas del sedentarismo.
2) Regularización y fortalecimiento de instituciones deportivas para poder certificar la prestación.
3) Fuente genuina de trabajo para profesores e idóneos deportivos y culturales.
4) Trabajos barriales con poblaciones especialmente sensibles como discapacidad y adicciones.
5) Aumento de la seguridad, algunos de estos chicos por falta de contención caen en el delito.
6) Registros de los idóneos antes mencionados para poder ser certificados.
7) Estos idóneos pueden ser capacitados dentro de un sistema que este bien regulado y sistematizado.
Y otros beneficios que no se me ocurren en este momento pero que seguro existen. El logro de éxitos deportivos y culturales a través del descubrimiento de talentos y el trabajo sistemático que seguramente ocurrirán es como la frutilla del postre, y es algo que naturalmente e inevitablemente pasará no es siquiera cuantificable.
Tampoco la norma tiene como finalidad principal los logros deportivos, sino claramente la contención social y la transmisión de valores positivos que hacen el deporte y la cultura.
Pero seguimos discutiendo cuestiones superficiales, anecdóticas, terminaron los Juegos Olímpicos de Rio 2016, y el verdadero deporte argentino sigue esperando las verdaderas reformas, imprescindibles.
Raúl Gerardo Bittel
Vicepresidente de la Federación Argentina de Ajedrez.
Consejero del Comité Olímpico Argentino.
Integrante de la Confederación Argentina de Deportes.
Integrante del Movimiento Social del Deporte.
28 de agosto de 2016