Apiladas Deportivas: ¡Is very dificult! Fuego amigo sobre Chapa. El filósofo Cappa y la incógnita del descenso

Jun 27, 2022 | Deportes

La miga del deporte. Lo que decimos en Abrí la Cancha. El debut de Carlos Tévez. La mano de AFA. Carlos Retegui y su negativa política. Señor Cappa: afloje un poco. Como yapa: ¿Che, y si no hay descensos?

Por Carlos Aira (*)

¿Cómo les va, queridos lectores? Antes de zambullirse en estas Apiladas, un consejo sano: respirar profundo. Nos vamos a sumergir en la profundidad de un fútbol argentino que parece calmo, pero en verdad, esa calma puede ser el presagio de la tempestad. Hacia allá vamos!

¡DEBUTO CARLITOS!: El viernes pasado, el Gigante de Arroyito le brindó una recepción cálida pero desconfiada Carlos Tévez. Algo así como: no sos nuestro preferido, pero te vamos a bancar porque amamos al club. El ciclo Tévez en Rosario Central no sólo arrancó torcido por el postrimero gol del paraguayo Ramón Sosa (¡Que campaña te estás mandando, Pipo!); las cosas vienen mal barajadas en varios ámbitos.

Ya vamos a dar razones por las cuales Carlos Retegui no pudo acompañar a Apache, pero el rol del entrenador de hockey era más importante que un simple ayudante de campo. Nadie duda que Carlos Tévez sabe de fútbol. Fue dirigido por entrenadores de la talla de Carlos Bianchi, José Néstor Pekerman o Alex Ferguson, entre otros. El tema es llegarle a un plantel y ese era el rol de Retegui. Como muestra del opaco presente de Rosario Central, el último gol de jugada del equipo canalla lo convirtió Marcos Ruben, un jugador que se retiró hace casi dos meses.

En la conferencia de prensa posterior al partido, una perlita del entrenador: “Muchachos, que quede claro. Yo soy la cabeza del grupo, a mi me llamaron para ser el técnico de Central, lo demás no importa. Si está el Chapa o mi hermano no importa, yo soy la cabeza y yo tengo culpa de lo que pase de acá en más. Déjense de joder con el Chapa, con mi hermano, con cualquiera, acá es Carlos Tevez”.

Pero hay cosas que no pueden pasar de largo. La relación Claudio Tapia-Carlos Tévez es conocida y comenzó a activarse en forma vergonzosa. Con modos y formas que debieran desterrarse de nuestro fútbol. Por un lado la suspensión del partido de Copa Argentina entre Rosario Central y Quilmes. El mismo debía disputarse el miércoles pasado en Córdoba. Tenían fecha, estadio y logistica armada. A último momento, y sin muchas explicaciones – que tampoco pidió la prensa especializada – el partido fue aplazado sin fecha de realización. Consultado un importante dirigente de Quilmes, que pidió obvio anonimato, la respuesta fue lacónica: el partido se postergó por pedido de Tévez.

Otro punto fue la firma de la planilla oficial. Sin Retegui, entrenador con título habilitante, el cuerpo técnico canalla no tiene quien pueda meter el gancho. La gran pregunta era: ¿Quien firmaría la planilla oficial? La duda se reveló: fue el mismo Carlos Tévez quién fue habilitado por el titular de AFA. Recordemos que el cuerpo técnico está conformado por tres hermanos de Tévez: Miguel Ángel (Entrenador Asistente); Diego Daniel (Aguatero) y Ricardo Ariel (Aguatero). Ninguno de ellos es entrenador con carnet.

AFA habilitó una irregularidad flagrante. Quienes tenemos buena memoria recordamos que Daniel Alberto Passarella, el primer argentino que alzó la Copa del Mundo, tuvo su primera experiencia como entrenador en River Plate. Año 1990. Al no tener el título habilitante debió seguir a su equipo desde la platea en los primeros partidos. No debiera ser tan difícil cumplir los reglamentos.

LAS RAZONES DE CHAPA: Seguimos con el culebrón rosarigasino. Como venimos señalando en éstas Apiladas: todo lo que suceda con Carlos Tévez tiene correlato político. El martes pasado, la noticia se hizo pública: Carlos Retegui no acompañaría a Carlos Tévez en la conducción de Rosario Central. Digamos las cosas como son: Retegui fue un rehén de la interna de Juntos por el Cambio. Sin la pirotécnia de las internas del peronismo, el liberal-radicalismo tiene su rosca. Una rosca con todos los ingredientes. Quienes conocen la historia señalan que la presencia de Mateo Retegui en la primera de Boca Juniors acercó al Chapa al tándem Angelici-Macri. Pero recordemos que Carlos Retegui es el titular de Deportes de CABA, tierra de Horacio Rodríguez Larreta, enfrentado a las huestes macristas. La llamada para participar del cuerpo técnico de Tévez sería una jugada para desairar al Jefe de Gobierno. La respuesta fue tan rápida como política: si te vas, no volvés. Durante años, Retegui caminó tranquilo en el pantano del deporte y la política, pero esta vez fue tocado por fuego amigo.

ANGEL CAPPA Y EL SER NACIONAL: Cambiamos de tema. El viernes pasado, Página 12 publicó un artículo firmado por Ángel Cappa. El disparador, una declaración de Javier Milei: “Yo soy bilardista, yo quiero ganar”. El filósofo bahiense con residencia en Madrid empuñó la pluma e hizo una encendida – y sobreideologizada – composición de dicotomías. En un mismo puchero metió derecha-izquierda. El juego del pueblo vs. los capitalistas. De paso, un clásico que se niega a morir: Menotti-Bilardo. Cappa remató su texto así:

“No es importante discutir sobre Menotti o Bilardo, lo importante es hacerlo sobre las ideas que defienden uno y otro. El menottismo defiende el juego y su significado y le da tanta o más importancia que al resultado. El bilardismo defiende el resultado como lo único que importa. El menottismo dice que el fútbol que no pasa por la emoción del buen juego, no sirve. El bilardismo considera que la única emoción válida es ganar. En síntesis: el menottismo es un fútbol de izquierda y el bilardismo de derecha, si lo entendemos desde la ideología”. 

La sobreideologización es un inmenso problema. Una polarización romántica o pragmática – según el prisma – de lugares comunes. En el país de la Tercera Posición, Ángel Cappa se olvidó del peronismo. Un desliz recurrente en los pensadores progresistas. Pero allí está el hombre y sus circunstancias. ¿Los hinchas de derecha no disfrutan de la estética del juego? ¿Los hinchas de izquierda no festejan un triunfo donde su equipo jugó sin dimensión estética? ¿Todos son lugares comunes tan procaces? 

En el análisis simplón de Cappa podrían ingresar también los dueños de la televisación del fútbol. Fijense que curioso: son los capitalistas más desalmados quienes abogan por un fútbol espectáculo sin concesiones. Donde los equipos chicos no debieran ni hacerle frente a los poderosos. ¿Que dirá Ángel Cappa de Diego Latorre? Su pupilo en Tenerife y Racing es quién mejor explica la belleza pregonada por Cappa, pero Gambetita está muy lejos – demasiado, tal vez – de cualquier sentir popular. Entonces, ¿Un hombre de derecha es el mejor intérprete de un sentir del juego? Con lógica política se dirá: son las contradicciones. Ninguna contradicción, señores: el gusto y la sensibilidad por una canción, una película, un chanfle de zurda o la menta granizada no es una cuestión ideológica. Por más que le duela a amigos y no tanto…

¿Cual es el quid de la cuestión? La falta de dimensión nacional de nuestro fútbol (y el deporte en general). En el debate masivo está ausente la causa nacional. Por lo tanto, no existe magnitud de la industria cultural y económica que significa nuestro fútbol. Tampoco la enorme fábrica de salud y educación que son nuestros clubes. Esa carencia de dimensión nos quita anticuerpos. Cuando Mauricio Macri, un exponente del campo anti-nacional, declaró hace ya dos décadas que Boca Juniors “sólo ganaba títulos internacionales, porque los campeonatos locales son de cabotaje“, no era sólo una chicana: es una declaración de principios. El viernes pasado, un periodista de Olé analizó al campeonato argentino – uno de los mejores productores de mejor calidad de la materia prima de éste espectáculo llamado fútbol – como “mercado de segundo orden“.

Refutar estas barbaridades es la batalla que hay que brindar. No la anacrónica dicotomía propuesta por Página 12.

DESCENSO: ¡Vieron que tenían que tomar aire! Dejamos este tema para el final porque es sólo un rumor. Una intención que nació en San Miguel de Tucumán y veremos como continúa. El campeonato 2022 tiene una particularidad: muchos equipos peleando por mantener la categoría separados por pocos puntos. Dos equipos fuertes, representantes de una provincia, están en la cuerda floja. Atlético Tucumán y Godoy Cruz están complicados. Si bien quedan más de 20 fechas por delante, la lucha se atisba realmente ruda. Alguien pensó que sería una buena idea que el año próximo el campeonato tenga 30 equipos; por lo tanto, eliminar los descensos para esta temporada.

Fuentes consultadas son escépticas. Suena descabellado aunque nadie puede poner las manos en el fuego por lo que haga AFA. Para que no haya descensos en ésta temporada debiera, no sólo existir un consenso absoluto, también debiera aprobarse por Asamblea del Comité Ejecutivo. ¿La muñeca de Claudio Tapia podría lograrlo? No es un imposible, pero el fútbol argentino se debe un poco de tranquilidad y credibilidad. Tal vez haya que esperar un poco más de tiempo para despejar la incognita: la situación de algunos clubes puntuales podría determinar una obra de ingeniería política.

Una duda: ya que AFA quitó los promedios en todas las categorías de ascenso, ¿No sería sensato quitarle el guardaespaldas a los clubes grandes? Se las dejo picando…

¡Hasta la semana que viene, amigos!

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