Hóckey: 2 de julio nace una enorme goleadora – VERÓNICA CELIA ALFONSO

Jul 28, 2020 | Deportistas en el Recuerdo

A los 6 años, Verónica Celia Alfonso andaba arrastrando ya su palo de hockey que la acompañaba por todo el club Belgrano Atletic, donde jugaba su madre y cuando recién podían desear, aunque no prever, que con el tiempo Verónica sería la gran goleadora y capitana del club durante muchísimos años.

La menor de tres hermanas mujeres, hijas de Héctor Ángel Raúl Alfonso, (entre otras cosas, rugbier que integró el equipo Seleccionado capitaneado por el “Mono” Rodríguez Jurado, que en 1936 salió por primera vez del país viajando a Chile) y de Marjorie Kathleen Seaton, deportista cabal y destacada  nadadora en la época de Jeannette Morven Campbell.

Verónica nació el 2 de julio de 1952. Es reconocida como una de las mejores jugadoras de la historia del Hóckey sobre césped femenino.

En 1964, con sólo 12 años, convirtió 54 goles en el Campeonato juvenil. A los 15 ya jugaba en la Primera División. En el 69 integraba el Combinado de Buenos Aires. En 1971 fue designada para integrar la preselección que jugaría el Mundial en Barcelona, España, en 1972. Aquel equipo fue la sorpresa, al lograr el subcampeonato, ya que perdieron con Holanda 2 a 1 en la final, pese a que en el Mundial anterior las argentinas se habían ubicado en el 10º lugar. Alfonso fue la goleadora argentina con 5 tantos…

Al regresar las subcampeonas a Buenos Aires fueron recibidas por el presidente de facto, teniente general Agustín Lanusse, quien al entrar al Salón de la Casa de Gobierno, le preguntó a su edecán: “¿Y estas chicas quiénes son?”

En 1974 la Copa del Mundo se jugó en Cannes, Francia. Y la “sorpresa” del mundial anterior volvió a demostrar su gran juego logrando nuevamente el Subcampeonato, dejando a Alemania en el tercer puesto.

“Fue una final tremenda frente a Holanda. Pegamos tiros en el travesaño, en el poste, ahí nomás del poste y la pelota no quiso entrar… Empatamos recién en el tiempo reglamentario. Y en el suplementario y faltando sólo un minuto nos hicieron el gol. Perdimos 1 a 0…”, cuenta Verónica esta vez goleadora del Mundial con 7 tantos.

Ese año Alfonso recibió el Trofeo a la “Mejor Exponente en Hóckey sobre césped”, otorgado por la Confederación Argentina del Deporte (CAD); el Premio VIDA de la Proveeduría Deportiva y el Olimpia de Plata, otorgado por el Círculo de Periodistas Deportivos de Buenos Aires. También, ese mismo año, fue reconocida entre las mejores 5 jugadoras del mundo.

En 1976, nuevamente, Verónica integra el Seleccionado Nacional. Y nuevamente, en Berlín, Alemania Federal, se consagra Subcampeona mundial.

“Esta vez dejamos en el tercer puesto, nada más y nada menos, que a las últimas campeonas del mundo, Holanda”. En la final se perdió contra Alemania (2 a 0) y Verónica Alfonso fue nuevamente la goleadora argentina con 9 tantos (una holandesa marcó 10 goles en aquel Mundial).

Sus éxitos siguieron. Campeona Argentina en Rosario, además de goleadora, en 1977. Luego, nuevamente, Campeona Argentina representando a Buenos Aires en Córdoba, donde vuelve a consagrarse goleadora del torneo.

En 1978 rechazó estar en el Seleccionado Nacional, pues consideró que los dirigentes no respondían a las expectativas. “Habíamos llegado a lo más alto y no podíamos dejarnos caer”, explica hoy la goleadora histórica. Y lamentablemente tuvo razón: Argentina comenzó a caer. Recién 20 años después se logró otro subcampeonato. Fue en Dublín, Irlanda, en 1994.

En 1979 integró nuevamente el Seleccionado que finalizó en el 10º puesto en Vancouver, Canadá.

Dejó de jugar en Belgrano, por diferencias con los dirigentes: “Las chicas del Hindú me convencieron de que lo hiciera para ellas, pese a que yo había decidido abandonar todo. Ganamos el ascenso a Primera A y al año siguiente salimos segundas en el Campeonato”. Para medir la influencia decisiva de Verónica en aquella temporada, bastará recordar que luego de su retiro hasta la fecha Hindú nunca más jugó en la Primera A.

En 1983, ya casada, realizó el último esfuerzo para ir al Mundial en Kuala Lumpur, Malasia. Por primera vez en la historia se unieron las dos Federaciones y el Mundial se jugó en cancha sintética.

“Hacía un calor de locos. Los ingleses pusieron un termómetro en la cancha que levantó a “60 grados” por la alta humedad en el sintético. Al terminar los partidos parecía que nos hubiesen tirado un baldazo de agua a cada jugadora. Un resultado buenísimo fue ganarle a Alemania por 1 a 0 con un gol mío. Ellas entraron terceras y nosotras sextas. Al perder nosotras contra Rusia, que nunca podíamos perder, perdimos la clasificación para entrar entre las primeras cuatro”.

En 1990 volvió a jugar para su Belgrano  y ascendieron a la A. Desde su club, durante siete años, se dedicó a la enseñanza y formación de chiquitas en forma gratuita. Integró la Subcomisión de Hóckey y llegó a ser, en 2000, la primera dama que integró la Comisión Directiva del Club.

“Yo jugué en una época en que organizábamos Cafés Concert y vendíamos diarios para juntar el dinero y poder viajar a los mundiales. Entrenábamos contra los hombres para adquirir experiencia, velocidad y ritmo de juego, pues no teníamos continuidad en la competencia internacional. Tampoco contábamos con una cancha como lugar fijo de entrenamiento; íbamos de club en club, entrenando según quien nos prestara sus instalaciones, mientras que los días de lluvia lo hacíamos en Palermo. Entrenábamos desde las siete hasta las nueve de la mañana, porque la gran mayoría tenía que ir a trabajar. Y encima desde 1983 dábamos la ventaja de no tener canchas sintéticas, porque en nuestro país no había. Pero pese a todo siempre estábamos arriba”, recuerda Verónica,

Para Claudia Medici, participante en cinco mundiales como jugadora y luego como Coordinadora de las Leonas, Alfonso fue una de las mejores jugadoras de todas las épocas, con gran poder de gol y unánimemente reconocida a nivel internacional por su estilo único.

Verónica Alfonso, es actualmente abogada y una de las pocas deportistas que piensa que para cambiar las cosas en el deporte argentino, se debe comprometer con la política, campo en el que actúa desde hace varios años. En 2007 recibió el Premio Delfo Cabrera, que otorga todos los años el Honorable Senado de la Nación.

Fuente: Libro “100 Ídolos Porteños” de Horacio del Prado y Víctor F. Lupo

Editorial Corregidor (2009)

Julio 2020.

victorflupo@gmail.com;

Artículos relacionados

Artículos