Mundo Amateur despide a un amigo — Por Víctor F. Lupo*

Sep 23, 2013 | MSD

 

«Aquí, és lá esposa de Alfredo Aguirre, desde Brasil, te comunico que el falecido quer num accidente».

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  Distinción en el 1º PREMIO DIGNIDAD MARY TERÁN DE WEISS (6 de diciembre del 2006).



Este mensaje en portugués nos llegó hace unas pocas horas desde el face del Lic. ALFREDO ARMAND
O AGUIRRE (enviado por su compañera Any Mary desde Brasil donde estaba viviendo luego de su jubilación en el 2012) y todavía no podemos salir del estupor y la angustia que siempre causa la desaparición de entrañable amigo.

Lo conocimos apenas finalizado el Combate de Malvinas e inmediatamente se sumo a escribir en nuestra revista Mundo Amateur sobre temas profundos de lo que debería ser una política deportiva. Así quedaron sus escritos referente a los Clubes como segundo hogar, la aplicación de la Ley del Deporte votada en el tercer gobierno del General Perón y el Nacionalismo cultural, entre tantos otros.

Nació el 17 de julio de 1947 en la Ensenada de Barragán, ciudad portuaria argentina situada muy cerca de La Plata, Fueron sus padres Elva Ignacia Monzón y Alfredo Armando Aguirre, que atendían su pequeño negocio de tintorería. Dos de sus bisabuelas eran mestizas guaraníes.Unos de sus abuelos fue dirigente obrero anarquista. El otro marino mercante. Y su abuela materna Amalia lavandera de ropa de barcos.Su padre era socialista y cantor aficionado de tangos. Viudo y papá
Fue
investigador, comunicador, docente de la Universidad y la CGT, servidor público y deportista argentino (maratonista). En los últimos años, un activo miembro de la Murga Prisioneros Del Delirio, glosista, escritor, Peronista como pocos, dedicó su vida a describir lo que acontecía en la Argentina e intentar mejorar los lugares donde se encontraba. En estos últimos meses en Brasil se dedicó a ser Bombero voluntario. Lo recordaremos por siempre y trataremos de seguir sus enseñanzas, su moral y ética de buen hombre
Nunca faltó a los festejos de los aniversarios de nuestro medio (a la cual sentía como propia) pero siempre llegaba al filo del comienzo y se retiraba apenas finalizado porque no le gustaban los actos multitudinarios. Pero en las charlas personales con él se perdía la noción del tiempo.

“Te recuerdo hace unos pocos años (en Av. Corrientes y Rodríguez Peña de la ciudad de Bs. As.) cuando me presentaste a tu nueva esposa brasileña y me dijiste, me voy a vivir a su país hermano, porque nuestra generación tenemos el mandato ineludible de construir la gran Patria Americana”. Para esto debemos desarrollar en nuestro país “Un Profundo Nacionalismo Cultural”, como nos pidió el Gral. Juan Perón en su último gran discurso en la Asamblea Legislativa del 1º de mayo de 1974.Y hace solo unos meses cuando el papa Francisco visitó Brasil me escribiste muy contento porque él pregonaba a los jóvenes lo mismo que tantos otros patriotas americanos: “la realización de la Gran Patria Latinoamericana”.

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  Como siempre dictando clases

Escribía y escribía sobre distintos temas del cual era un gran conocedor: ferrocarriles, dirigibles, filosofía, deportes…

Fue el autor intelectual de la frase “el Genocidio Deportivo” (que la publique en mi libro Historia Política del Deporte Argentino) para explicar lo que había sucedido con el deporte argentino a partir de 1955, cuando el interventor de la “Revolución Fusiladora” en la CAD-COA, había suspendido de por vida a los más grandes deportistas nacionales, dando así lugar a una caída de la práctica deportiva en nuestro territorio de la cual nunca pudimos retornar.

Su último gran escrito a fines del pasado año, un relato sobre su propia vida. Era como un presagio de lo que apreciaba en su futuro, y hoy lo notamos cuando expresaba al comienzo de su mensaje: <(como decía un personaje de la radiofonía argentina de los ‘50: “VÓ NO SABI LO QUE TI PUEDE DIPARAR EL DISTINO…”)> y allí comenzaba su largo escrito con esta frase que lo definía totalmente: Adscribimos a una Doctrina, que sostiene entre sus Principios que: “LA CULTURA INDIVIDUAL, CUANDO NO CUMPLE SU FUNCIÓN SOCIAL, ES UN PRIVILEGIO INADMISIBLE EN UNA COMUNIDAD JUSTA Y SOLIDARIA”.

TESTIMONIOS DE UNA PRÁCTICA ESTATAL: PRECEDENTES, REALIMENTACIÓN Y PROYECCIONES(A MODO DE UN “FERMENTARIO”/ UN SENDERO DE APRENDIZAJE) que se lo puede leer en: http://es.scribd.com/doc/111236247/Testimonios-de-una-practica-estatal-precedentes-realimentacion-y-proyecciones-a-modo-de-un-%E2%80%9CFermentario%E2%80%9D-Un-sendero-de-aprendizaje

Me quedo para siempre con el recuerdo de tu última enseñanza cuando me contestaste en una reflexión por el Facebook hace solo dos días, (como lo hacías normalmente, en mayúscula): «VIENE AL CASO LA DISTINCION QUE ALGUNA VEZ HICE ENTRE PERONISTAS DEPORTISTAS Y DEPORTISTAS PERONISTAS. ESTE ES UN DEPORTISTA PERONISTA« me expresaste refiriéndote a alguién que había escrito un artículo diferenciando el pensamiento de Perón con el Dr. Ramón Carrillo y yo te lo había enviado para conocer tu opinión….

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Nos dejó un GRAN PATRIOTA AMERICANO, COMPAÑERO PERONISTA Y MAESTRO…

CHAU COMPAÑERO, AMIGO Y «HERMANO»…

 

Fuente: Mundo Amateur

22 setiembre 2013.

www.elmundoamateur.com.ar;

 

 

 

Acá le dejamos a los lectores tres de su notas escritas para Mundo Amateur (Años 1986- 2004 y 2009):

La mayoría de sus escritos pueden verse en: http://choloar.tripod.com/choloar.html

EN RELACIÓN A LA PELÍCULA LUNA DE AVELLANEDA

Por Alfredo Armando Aguirre *

A modo de nota previa:

Se acaba de estrenar en Buenos aires (hoy es 24 de mayo de 2004), un filme dirigido por Juan José Campanella,* titulado «Luna de Avellaneda». Para eventuales lectores no argentinos, agrego que Avellaneda es una ciudad que limita al sur de la ciudad de Buenos aires, separada por un mas que secular contaminado curso de agua denominado Riachuelo, todo un icono de la cultura popular argentina.

Me viene siendo muy fecundo, un pensamiento que aprendí en los últimos años de Ralph Emerson,* porque de algún modo compacta las vivencias que vengo recogiendo a lo largo de mi parábola vital. Emerson decía :»Tan sólo podemos ver fuera, lo que tenemos dentro». Y Roger Sperry, Nobel de 1981, he aprendido que ese «dentro» nuestro es muy dinámico. Y obviamente los «dentros» de los otros.

Aclarando que no soy un cinéfilo, tan pronto como me enteré que se estaba rodando ese film, y anoticiado de su temática (la vida de un club de barrio), me preparé anímicamente para verlo tan pronto se estrenara.

La verdad, como se diría en un lenguaje coloquial, mis expectativas no fueron satisfechas. Y como alguien me enseñó que el cine, el teatro y la televisión son dirección, concluyo que el «dentro» de Campanella, es distinto al mío.

Lejos estoy de decir que estéticamente el filme no esté bien logrado. Los personajes y el paisaje se ensamblan y emocionan. Y quizás los minutos iniciales peguen muy fuerte en la sensibilidad de las espectadoras y espectadores que rondan los sesenta.

El filme quiere ser una metáfora, pero en mi manera de ver las cosas de esta entrañable tierra, desaprovechó, la  temática que tenía entre manos. Ni siquiera insinuó porque se llegó a ese cuadro que describe primorosamente, desde una edad dorada, que es la plataforma emocional que nos permite añorar las cosas que perdimos. El directorque es muy joven, vivió gran parte de su carrera en el exterior y tal vez estos elementos expliquen el déficit que nuestro «adentro» percibe.

Mas estas consideraciones previas, son las que me han movido a compartir con ustedes este artículo de mi autoría que fue publicado en el periódico «La Reforma», de la ciudad argentina de General Pico el 8 de junio de 1984, y luego reproducido por la revista «Mundo Amateur», de la ciudad de Buenos Aires, en su número 34, de 1986. Allí esta la plataforma, que no ha variado mucho con el paso del tiempo, para decir lo que he manifestado precedentemente. Esas consideraciones en modo alguno quitan que me haya emocionado de tal modo, que me haya sentido movido a formular este recordatorio.

* Juan José Campanella (Buenos Aires, 19 de julio de 1959) es un director de cine y televisión. Campanella desarrolló una gran parte de su carrera en Estados Unidos, trabajando en series como La Ley y el Orden, (17 capítulos, en inglés, Law & Order), Dr. House (5 capítulos: «One Day, One Room», «Whatever It Takes», «Here Kitty», «Knight Fall» y «The Choice») y 30 Rock, entre otras. Una de sus películas, El secreto de sus ojos, ganó el premio Óscar de la Academia de Hollywood.

* Ralph Waldo Emerson (1803 – 1882) fue un escritor, filósofo y poeta estadounidense. Líder del movimiento del trascendentalismo a principios del siglo XIX. Sus enseñanzas contribuyeron al desarrollo del movimiento del Nuevo Pensamiento, a mediados del siglo XIX.

* Roger Wolcott Sperry nació en Hartford, Connecticut, Estados Unidos (20 de agosto de 1913 – 17 de abril de 1994) Estudió filología inglesa y psicología en Ohio, y zoología en la Universidad de Chicago.

Obtuvo el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1981 por sus trabajos acerca de las funciones de los hemiferios cerebrales.

 

Publicado en el Año 2004

 

«EL CLUB: NUESTRO SEGUNDO HOGAR»

Por Alfredo Armando Aguirre *

Me encontraba presenciando un evento deportivo en la ciudad cordobesa de Bell Ville, cuando pude leer en una de las paredes del recinto la siguiente frase: «el club es nuestro segundo hogar».

Aprecio que la misma da una idea aproximada de lo que el club representa en la vida argentina.

En 1983 se creó la Liga de Clubes Centenarios de la Argentina. Esta creación es una prueba de que el club ha sido el ámbito específico que los argentinos hemos escogido para nuestras prácticas deportivas, sin desconocer los aportes del sistema educativo.

Si bien en sus principios, el club fue un artefacto cultural, traído por los ingleses, con el tiempo fue enraizándose de tal manera  que  ha devenido en una de las instituciones mas genuinas del acervo popular argentino.

Los clubes desarrollan su actividad en el marco del derecho constitucional de libertad de asociación establecido en el artículo 14 de la Constitución Nacional vigente y explicitado en el artículo 33 del Código Civil. en lo referente a asociaciones civiles. Nuestros clubes, que son alrededor de diez mil, son asociaciones civiles sin fines de lucro. Característica esta que pocas veces se pondera y que lo diferencia de los clubes de otras latitudes.

También en pocas ocasiones se ha reparado en el carácter democrático de nuestros clubes. En las recurrentes interrupciones que el orden institucional argentino sufrió en el último medio siglo, los clubes continuaron eligiendo sus autoridades mediante el voto de sus asociados. Ese voto fue siempre

voluntario, lo que da  una pauta de su purismo democrático. Incluso hay clubes que llegan a admitir a representantes de la minoría en sus cuerpos directivos Los clubes han sido y son escuela , cuna y muchas veces refugio de la dirigencia argentina en todos sus ámbitos. El grueso de los representantes que el pueblo ha elegido recientemente han pasado por la comisión o subcomisión de uno o varios clubes Pero la democracia en ellos no se detiene en sus formas. En sus ámbitos han convivido y conviven las más

dispares ideologías, religiones o razas.

¡ Cuantas veces hemos conocido o visto casos de que personas de una misma idea política se enemistan por pertenecer a distintos clubes!

A veces las discrepancias no pudieron resolverse en el seno de la institución y ese ha sido el nacimiento de nuevos clubes. Los clubes tan cercanos al afecto de sus miembros son muy celosos de su identidad, por ello es que son infrecuentes las fusiones. Muchas veces la fría estadística sugiere la fusión de clubes. ¡Más hay razones que el corazón no entiende!

La veratilidad de los clubes es otra de sus características. Es lo que les ha permitido transitar por los más diversos avatares a que ha estado sujeta la Argentina: Hay clubes para diferentes estratos sociales, rara diferentes situaciones geográficas. Siempre están prestos para desarrollar las nuevas disciplinas que interesen a sus asociados y sus directivos son un dechado de creatividad, en lo que hace a la consecución de fondos para el funcionamiento del mismo. Si alguien cree que un club se mantiene con las cuotas de sus asociados está en un grueso error. Rifas. tómbolas, bingos, ferias de platos, bailes, funciones cinematográficas o teatrales, etc. La memoria de cada club es un manual de creatividad.

Los casos que más me han conmovido son los de los socios que sacan créditos personales para prestárselo sin intereses al club de sus amores. O cuando un socio pone el campo, otro la semilla, otro, 1a maquinaria, y otro el combustible y el producido va al club y si es para darle el contramoquillo al club rival mejor! …

Y así se ha hecho el progreso de nuestros pueblos.

Estos son ámbitos donde los argentinos podemos hacernos más saludables y más cultos, practicando nuestros juegos y nuestros deportes favoritos. En definitiva, aprendiendo a convivir permanentemente.

Los sucesivos gobiernos nacionales, provinciales y municipales han visualizado siempre a los clubes como eficaces auxiliares de sus propósitos y por eso los han apoyado. Pero siempre ha sido mayor el aporte de los clubes a los gobiernos, que el de los gobierno a los clubes.

Por todo ello, es que bien vale considerar al club como a una segunda familia. Y si hay que desarrollar los derechos de la familia en tanto célula básica de la sociedad, hay que fortalecer, fomentar y proteger a nuestros clubes. Y ello debe enfatizarse ante ciertas corrientes teóricas que pretenden dar por concluido el ciclo de los clubes en la Argentina (el motivo: arruinan sus negocios mercantiles o ideológicos). Atacar al club es como atacar a la familia, a la empresa privada, al sindicato, a la cooperativa, a los partidos políticos.

El club es una de las instituciones constitutivas del ser argentino, el ámbito específico para que convivamos y juguemos. Por eso, nuestro homenaje a la célula del deporte nacional.

* Lic. Alfredo Armando Aguirre

choloar@arnet.com.ar

Página personal  http://choloar.tripod.com/choloar.html

 

Publicado en el Año 1986


RECORDANDO A UN ARTESANO DE LA CULTURA POPULAR

(El «Gordo » Rodolfo ORTIZ)

Por Alfredo Armando Aguirre *

A lo largo de nuestra ya dilatada parábola vital, venimos comprobando, que muchos de los hacedores de nuestras cotidianeidades (aquellas o aquellos que en algún momento suscitaron momentos gratos a nuestras existencias). Venimos comprobando, reiteramos, que con el paso del tiempo se pierden en el olvido.

De nuestra infancia en los cincuentas en la Ensenada de Barragán, nos acordamos que aquella bailarina española Otilia Curbelo, de aquel recitador Bravo, de aquel coreógrafo del cine local «Social», «Chorson» Dival, de los encendidos discursos de Rafael Elgarrista.

Descuento que si cada veterano o veterano hace un viaje hacia su infancia, recordará en su pequeño pueblo, su barrio, o su comarca rural, a personajes como los que menciono. Si no es que a alguno o alguna se le ocurre volcar en algún soporte estas «micro-historias», todas esas ricas trayectorias, que nunca alcanzaron la «consagración» en los grandes medios de comunicación, terminan diluyéndose en el olvido.

Hace unos años, evocando a otro personaje muy afín con el que en esta oportunidad evocamos, nos referíamos a una sección que en su tiempo, tenia la por entonces muy difundida revista norteamericana «Las Selecciones del Reader’s Digest». La sección se llamaba «Mi personaje inolvidable», y se dedicaba a alguna personalidad que había impresionado a los autores de la misma.

En esta oportunidad, queremos evocar al «gordo” Rodolfo Ortiz. Lo de «gordo» no es menoscabante, sino que todos así lo llamaban en una época, en que no existía el delito de discriminación.

Lo conocí en acción al «gordo» en ocasión de realizarse en el Parque Chacabuco de la ciudad de Buenos Aires, el campeonato Argentino de Atletismo Libre, en la primavera de 1962. Nosotros éramos adolescentes, y por eso nuestros recuerdos, no son tan precisos, pero esos eran los campeonatos de la FECSYDA. Y con el tiempo además de enterarnos que esa eran las iniciales de la Federación de Entidades Culturales Sociales y Deportivas Aficionadas, también nos enteramos que había una suerte de simbiosis entre el «gordo» y la Fecsyda. Como esta comunicación no transita por el camino de la biografía circunstanciada, vale aclarar que el personaje y la institución, formaban parte de una Argentina, que se perfiló por los años treinta y que asomaría en plenitud con la irrupción del fenómeno peronista a la vida Argentina. La FECSYDA había sido fundada en el año 1940, aunque le seria otorgada la personería jurídica 4 años mas tarde. La entidad de algún modo reconocía la existencia previa de clubes de barrio, que cobijaban a familias de humildes trabajadores. Estos clubes de algún modo habían tomado como modelos a los clubes inspirados por los inmigrantes ingleses y luego imitados por los que entonces se conocía como «familias pudientes».

Con la perspectiva el tiempo, se percibe que no eran ajenos a estos clubes, las corrientes socialistas y anarquistas, que tenían mucho predicamento entre las familias humildes sobre todo de las grandes ciudades argentinas. Y ello conllevaba situaciones de conflicto, como por ejemplo el del atletismo que practicaban los clubes donde eran asociadas «las familias pudientes», conocido como el «Atletismo federado», y el atletismo libre» que prohijaban estos clubes de barrio. Por eso aquel campeonato de 1962, era una edición de muchos números romanos, lo que significa que eso de los libres venia de esa década del treinta.

Una vez, hace tiempo un anciano atleta me contó que le decían comunistas a los «atletas libres». Bueno, el «gordo» era un hombre de esa época. Un Buenos Aires, donde «todos», se conocían. En realidad un eufemismo, donde todos los que se destacaban en alguna actividad se conocían. Eran tiempos de la emergencia del fenómeno radiofónico, del cine sonoro y del periodismo gráfico con sus revistas especializadas y los diarios con mucho material fotográfico. En ese intercambio entre periodistas y deportistas fue creciendo el «gordo». Tal vez una investigación mas académica pueda demostrar que haya sido atleta, porque mientras supe de él, tenia una marcada predisposición con el atletismo: Una prueba de esa tendencia, nos la proporcionó cuando falleció en 1973, uno de los grandes héroes atléticos de la década del ‘30: Roger Ceballos, uno de nuestros mentores en el deporte y en la vida. Le avisamos telefónicamente a Ortiz del deceso y una de las pocas ofrendas florales que llegaron al velorio fue la de la organización «TEAM», uno de los inventos del «Gordo».

Hoy el «gordo» seria considerado un «microemprendedor». Entonces a tipos como el se les decía «busca». Que era una apocope de «busca vida». No conocí que ninguno de ellos se haya hecho millonario… 

Dijimos mas adelante que el Gordo era periodista deportivo (incluso tenia un hermano que era reportero gráfico).

Creo que una manera de graficar la manera de proceder del personaje que evocamos, fue la «Posta Atlética Gigante a Junín», que Ortiz promovió en enero de 1963.

Como periodista radial, tenia un espacio en Radio Belgrano, que se llamaba «El club de los campeoncitos». Desde allí promovía actividades de clubes de barrio en  relación con la FECSYDA. Y organizaba cuando cuadraba las «embajadas deportivas».

Por aquello de los intercambios entre el mundo de la farándula artística y los deportistas destacados, se puede conjeturar que el «gordo» tomó de allí la idea de organizar «embajadas deportivas». Por esos tiempo se había dado el mote de «la rascada», a las giras que hacían por pueblos del interior las compañías de radio teatro, tipo drama gauchesco, que se transmitían por Radio Porteña, dirigidas por Juan Carlos Chiappe o Audon López. «Fachenzo el maldito», fue un icono de ese estilo.

Bueno, la cuestión que Ortiz, organizo la «Posta Atlética a Junín». Allí fuimos con nuestro entusiasmo adolescente.

En el estudio de la entonces radio Belgrano sito en Ayacucho y Posadas, hicimos una especie de «circo», y luego de la audición, partimos raudamente corriendo a Junín; pero paramos  unos cientos de metros después cerca de la Facultad de Derecho. De allí tomamos el ómnibus y no paramos hasta General Rodríguez (40 kilómetros más adelante). Las figuras de la embajada eran: el campeón olímpico de maratón de 1932, Juan Carlos Zabala, Armando Pino en los tramos finales de su trayectoria luego de haber sido uno de los mas grandes atletas de fondo, eclipsado por la simultaneidad de su apogeo con la presencia de dos «gigantes» en el rubro como Osvaldo Suárez y Walter Lemos, y el pintoresco Ezequiel «Tapita ‘e Gráfico» Bustamante, personaje que nos resulta de lo mas querible y al que hemos memorado ya tiempo atrás. La parada en General Rodríguez se debía que Zabala, quería saludar a Daniel Musso, corredor de automóviles que había sido muy famoso en la época de esplendor de Zabala. Sólo pudieron  hacerlo telefónicamente. Desde allí empezamos a correr «en posta» es decir un tramo cada atleta y así seguimos hasta la salida de Luján (unos 20 kilómetros), donde volvimos a subirnos al ómnibus, y solo pararíamos en la curva de Chacabuco; es decir casi 150 kilómetros después.

Allí nos «cruzó» el ómnibus de la ya inexistente empresa Roja, donde venia el «Gordo» y su joven y también rellenita acompañante. Nos saludó y reanudo la marcha. Desde allí, sí empezamos realmente a correr mientras caía la tarde y en posta, mientras Carlitos Obberti, casi niño, se acalambraba por correr en el pavimento…

Al llegar a Junín, en el acceso, entramos corriendo todos en grupo. La gente se creía que veníamos corriendo desde Buenos Aires… nos aplaudían. y nadie le decía lo contrario…

En frente al Club Jorge Newbery, en un palco el «gordo» hacia de  maestro de ceremonias (un animador de aquellos); y allí estaban Zabala, Pino y Bustamante, así como dos «glorias» del atletismo local: Parchappe y Juan Fusse (lanzador internacional de martillo). Luego una cena con palabras de nuestro evocado y a la mañana un almuerzo de despedida en el Club, con un Guido Brovarone que imitaba al conocido locutor de radio Colonia «Ariel Delgado».

Antes de retornar la embajada deportiva paso por la casa a rendirle una suerte de homenaje a Fusse. 

Contamos eso porque ese el era el tipo de cosas que hacia nuestro «biografiado». Tal vez solo las recordemos los que aún estamos por este valle de lágrimas. En octubre de 1996, me encontré en Chacabuco en la casa de Familia Stamponi- casado con la hija de Fusse- una foto de aquel evento.

Pasaron los años; siempre lo veíamos al «gordo» en alguna de sus cosas, promovidas desde la organización TEAM, que había creado y donde hasta llegó a promover un equipo de atletismo «libre». Allá por 1971,la municipalidad de Buenos Aires ,organizó una prueba atlética por las calles; el gordo andaba en la organización y recuerdo que en el palco de llegada, había logrado que el hombre que tenia un puesto de naranjas en la cuadra de la llegada, se sumara al evento, regalando naranjas a los competidores.

Ese era el estilo del «gordo». Cosas simples, concretas para estar cerca de los sectores populares.

Cada vez que pasamos con el colectivo 71 por la Avenida Triunvirato y a llegar a la plaza de Villa Urquiza, antes de cruzar la vía del tren, nos viene a la memoria aquel domingo de primavera de 1962. El “gordo” había programado un festival atlético. Del “otro lado” de la estación ferroviaria, donde estaba en “Centro “Comercial” se desarrollo una carrera pedestre de fondo. Luego cruzamos la vía y alrededor de la plaza se organizó la carrera de “medio fondo” (800 metros) y sobre la Avenida Triunvirato, se corrió una carrera de velocidad de 200 metros. Los comerciantes de la zona habían donado artículos, que se daban como premios. Y un club del barrio prestaba sus instalaciones para vestuario, sanitarios y duchas. Otra vez algo parecido en el club Crisol de la calle Zaraza. El gordo“convertía” cualquier espacio publico en un campo deportivo. Décadas después, en los ámbitos del deporte y la educación física a “eso” que vaya a saber de donde se le había ocurrido o de donde lo había sacado Ortiz, le dieron la denominación de “Deporte para todos ”, o “Deporte comunitario”.

Y fue con motivo de la tercera presidencia del general Perón, que se produjo el siguiente acontecimiento. Resulta que el general recibía en Olivos a una delegación de deportistas. Al pronunciar algunas palabras alusivas, comenzó a  mencionar reiteradamente a la FECSYDA, en cuanto a entidad que había promovido entre 1943 y 1955, el deporte en los barrios. Testigos del evento, nos decían que los circunstanciales funcionarios de las áreas deportivas, empezaron a mirarse entre si. Ya se estaban imaginado lo que ocurriría. Apenas se enteró el «Gordo» apareció por el entonces Ministerio de Bienestar Social, a «mangar» para la FECSYDA,  entidad que Ortiz había contribuido a mantener en épocas de proscripciones populares; y no le pudieron negar su «mangazo» atento lo que había memorado el General…

Claro el «gordo», como toda la gente sencilla de su estilo, siempre tenia problemas con la papelería, como sucede con los coches que venden un determinado grupo del que no necesito dar detalles. Bueno, tuvo problemas con la rendición de cuentas, y esa fue la ultima noticia que tuve de él.

Seguro que cada uno, si es medio veterano o veterano, tiene en su memoria andanzas parecidas a las que con mucho cariño y nostalgia, acabo de relatar con todas nuestras limitaciones.

Pero en Rodolfo Ortiz quiero rendir mi admiración a estos animadores socioculturales, como se los llamaría hoy, que con mucha intuición y pocas formalidades, nos brindaron a muchos, momentos de mucho regocijo espiritual, tanto, que  marcaron nuestras sensibilidades, que hoy a varias décadas de haberlos contemplado en acción, tenemos un enorme gusto en evocarlos.

 

Buenos aires, 6 de Febrero de 2009

*Trabajos publicados: http://choloar.tripod.com/trabajos.htm

Página personal: http://choloar.tripod.com/choloar.html

Mi Blog – Bitácora: http://choloar.tripod.com/Alfredo_Aguirre/

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