La Iglesia propone la solución de las tres “c”

Nov 16, 2016 | Información General

 

 

José María Di Paola está convencido de que al combate contra la droga hay que darlo de manera prioritaria en “los barrios que están fuera del mapa social, donde la oferta de droga llega antes que la oferta de deporte o educación”.


20161116Pepe x las calles de Cordoba


José María Di Paola está convencido de que al combate contra la droga hay que darlo de manera prioritaria en “los barrios que están fuera del mapa social, donde la oferta de droga llega antes que la oferta de deporte o educación”.

Para modificar esa realidad dolorosa, desde la Comisión Nacional de la Pastoral de Adicciones y Drogadependencia, sacerdotes de todas las diócesis del país proponen construir, de manera colectiva, espacios de prevención que tengan como puntales institucionales a lo que resumen como las tres ‘C’: el club, la capilla y el colegio.

“Si uno tiene en el barrio esos tres espacios organizados, le permite al chico que integra una familia vulnerable o puede sufrir un problema de adicción insertarse en un circuito positivo y tener más posibilidades de realizarse en la vida”, planteó.

Para el cura, “cuando el pibe no dispone de esos espacios busca muchas veces su sentido de pertenencia en pandillas o grupos que transitan circuitos negativos, tóxicos”, concluyó.

 

Para «el padre Pepe», nunca se peleó en serio contra la droga

El cura villero coordina la Pastoral de Adicciones. Dice que el Estado lleva cuatro décadas ausente y que la naturalización del consumo hoy agrava el problema.

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José María Di Paola (54) es un sacerdote que dialoga con el Cielo mientras camina en la Tierra a la par de los pobres. “El padre Pepe”, como más se lo conoce, es promotor del programa Hogar de Cristo.

La iniciativa apunta a la prevención de las adicciones a las drogas y a la recuperación de adictos.

La impulsó cuando desarrollaba su misión pastoral en la Villa 21, el asentamiento precario más grande y populoso de la Capital Federal. Allí trabajó durante 13 años hasta que tuvo que migrar para preservar su vida, ya que fue amenazado por narcotraficantes.

Luego de un exilio forzado de dos años en Campo Gallo, Santiago del Estero, regresó a Buenos Aires para hacerse cargo de la capilla Nuestra Señora del Milagro, de José León Suárez. Además coordina la Pastoral de Adicciones y Drogadependencia.

Desde ese organismo de la Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina reclamó hace 10 días la emergencia nacional en adicciones.

El grupo de religiosos pidió además mayor inversión y recursos en el área, a la vez que cuestionó la perspectiva represiva para abordar las problemáticas relacionadas con el consumo.

“Nuestro manifiesto sintetiza el pensamiento de toda la Iglesia. La emergencia nacional que pedimos parte de una mirada realista y de nuestro trabajo en territorios donde viven muchos hermanos desclasados”, le dijo el cura villero aLa Vozantes de la charla que ofreció a dirigentes sindicales.

Estado ausente

“Es necesario que el Estado, las instituciones y toda la sociedad se concienticen y trabajen de manera organizada para cambiar esta realidad y no haya ni un chico menos por la droga”, requirió.

Para Di Paola, “el consumo de la droga crece en todo el país porque se fue naturalizando, mostrándoselo como algo casi normal y, a veces, inofensivo”, reflexionó.

También atribuyó la expansión del problema a la ausencia del Estado en sus distintos niveles.

“Desde hace 40 años, el Estado no se organiza de manera inteligente para abordar este tema; es una deuda pendiente de la democracia”, reprochó.

“Nunca se ha dado una batalla en serio contra las drogas, aunque en las distintas gestiones hubo funcionarios con buenas intenciones”, completó.

Sin embargo, el cura es optimista y señaló: “Cuando le caiga la ficha al Estado y ponga en primer lugar a la problemática de las drogas se podrán hacer cosas positivas para revertir la tendencia”.

Considera imprescindible para combatir las adicciones “recuperar el concepto de lo colectivo y trabajar desde ahí en la construcción de ámbitos territoriales donde el chico con problemas sea bien recibido, aceptado, comprendido, y donde encuentre posibilidades de salir a través del estudio, el trabajo, el aprendizaje de un oficio”.

Para el sacerdote, en la creación de esos espacios de prevención y recuperación tienen que participar el Estado, las organizaciones sociales y la comunidad en forma conjunta.

Además explicó: “Hacen falta políticas de inclusión que no se desactiven cada vez que cambia una gestión. Y no sólo para los chicos, sino para toda la familia, porque a diario nos encontramos con pibes que integran hogares en situación de vulnerabilidad alta, donde muchas veces el padre también consume”.

En ese sentido, comentó que en los centros de recuperación del programa que dirige implementaron la laborterapia y la enseñanza de oficios, por ejemplo, “con muy buenos resultados”.

 
Fuente: La Voz del Interior – Por Héctor Brondo

16 noviembre de 2016

http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/la-iglesia-propone-la-solucion-de-las-tres-c

http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/para-el-padre-pepe-nunca-se-peleo-en-serio-contra-la-droga

Foto: (Pedro Castillo)

 

 

 

 

 

 

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