27 de mayo de 1875: Jorge Newbery

May 21, 2018 | Deportistas en el Recuerdo

 

 

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Jorge Newbery (nació el 27 de mayo de 1875) era descendiente de una familia inglesa acomodada residente en el condado de Berkshire (Gran Bretaña), que prestaban servicios editoriales a la reina Isabel.

Su padre fue Ralph Newbery, un odontólogo inmigrante que llegó a nuestras tierras desde Estados Unidos, luego de navegar tres meses en una pequeña embarcación a vela. En la Argentina se casó con Dolores Malagarie, una aristocrática dama de la ciudad de Buenos Aires, con quien tuvo tres hijos: Jorge, Eduardo y Ernesto.

Newbery estudió en la escuela escocesa San Andrés, de Olivos, en la provincia de Buenos Aires. En 1890, viajó a EE.UU. a visitar a su abuelo quedándose a estudiar por aquellas tierras, donde en 1895 se graduó de ingeniero electricista en el Drexel Institute de Filadelfia, asistiendo a las clases magistrales que dictaba Tomás Alva Edison.

De regreso a Buenos Aires es nombrado Director General de Alumbrado Público de la Ciudad, por el intendente Adolfo Bullrich en 1900, siendo el encargado de instalar el alumbrado para los grandiosos festejos del Centenario de la Revolución de Mayo (1910), donde se realizaron también variadas actividades deportivas. Como funcionario, Newbery luchó denodadamente contra los excesos de las compañías privadas de electricidad que en esa época ya estaban cuestionadas por la opinión pública. También asesoró a distintas ciudades del interior del país para la colocación de su alumbrado público. Entre ellas, Río Cuarto, en la provincia de Córdoba.

La familia Newbery estuvo signada por las tragedias. El padre, Ralph, murió de frío mientras buscaba oro, el 25 de abril de 1906 en Tierra del Fuego. Alguien lo recogió y lo sepultó en el cementerio de Río Grande. El hermano de Jorge, Eduardo, su compañero de aventuras en el boxeo y en los vuelos, en octubre de 1908, desapareció en el aire junto al sargento del Ejército Argentino, Eduardo Romero, cuando iban en el legendario globo aerostático “Pampero”.

El pionero de estos viajes en globo había sido Aarón de Anchorena, quien el 25 de diciembre de 1907 levantó vuelo en el “Pampero” acompañado por Jorge Newbery, desde la sede de la Sociedad Sportiva Argentina, cruzando el Río de La Plata hasta la orilla de Colonia, en el Uruguay. Pese a las malas condiciones climáticas descendieron en un lugar denominado “paraje Campana”, a unos 20 Km. de Colonia.

Casado con Sara Escalante (luego divorciado), Newbery, fue un polifacético deportista, que se consagró campeón argentino de florete en 1901 y luego sudamericano, logrando al año siguiente batir un récord de velocidad en un bote a remos.

Junto a sus hermanos concurría a practicar natación en la primera pileta cubierta de Buenos Aires, en Balcarce 250. Se destacó como un gran nadador y futbolista en el club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA), siendo además elegido el mejor rugbier de 1904.

Entre sus títulos deportivos se cuenta un certamen de boxeo en los clubes Atlético y Germani Gimnasium, en Londres, y un campeonato de lucha grecorromana en nuestro país. Fue uno de los iniciadores del béisbol en el Buenos Aires Béisbol Club, entidad fundada en 1888 y que se extinguió rápidamente.

Pero es el boxeo el deporte en el que Newbery (con solo 21 años) más influye, ya que es quien corrige la forma de practicar esta actividad en Buenos Aires. Newbery elimina la forma francesa (llamada savate) de utilizar las piernas para pegar sobre el rival, lo que hasta entonces estaba permitido. Esta nueva forma, sólo con los puños, la había observado durante sus estudios en los Estados Unidos de Norteamérica.

Como el Boxeo estaba prohibido en la ciudad de Buenos Aires (como alguna vez ocurrió con el pato y el automovilismo), él lo practicaba en forma oculta en la quinta de Carlos Delcasse, ubicada en el cruce de las actuales calles Sucre y Arcos del barrio de Belgrano. Pese a la diferencia de edades, Newbery y Delcasse, que tenía 44 años, se enfrentaron dos veces, con un triunfo para cada uno.

La “quinta de los perfectos locos” como era llamada por los vecinos la casa de Delcasse era el lugar en donde cruzaban los guantes de ocho onzas personajes como Viale, los tres hermanos Newbery, los Nocetti, Wilkinson, Webster, el juez Klappenbach, el Dr. Gondra, los Villar Sáenz Peña, Vidal Freire, Hardtmouth, Cano, Jorge Mitre, Storni, de Cires y Alemandri, entre otros. Pero Newbery los dominaba a todos como así también a otros famosos de la época en los barrios como Santiaguito, a Percival o a cuanto marinero extranjero que se animaba a cruzarle guantes.

Newbery además promocionaba esta nueva actividad en los galpones del Mercado Central de Frutos en Avellaneda, frente al predio donde se encuentra actualmente la cancha de Racing Club. También luego se realizarían combates, uno de los cuales duro 20 round (12 de agosto de 1916) en el Teatro Roma, que aun se conserva en esa ciudad.

En julio de 1908 un centenar de distinguidos deportistas, entre los que se encontraban Eduardo Naón, César Viale, Jorge Newbery, Carlos Delcasse y Marcelo Peacan del Saar (elegido presidente) fundan el Boxing Club Buenos Aires. Dos años más tarde el Boxing organiza el primer campeonato para distintas categorías. A los pocos años aparecerán los primeros boxeadores profesionales entre los que se encuentra Luis Ángel Firpo, que luego de desarrollar una extensa y exitosa campaña en EE.UU., disputará el título mundial frente a Jack Dempsey en 1923.

Amigo personal del barón Antonio De Marchi, Newbery fue junto a éste uno de los impulsores de la actividad deportiva moderna en nuestro país. Juntos participan de la Asamblea de la fundación del Automóvil Club Argentino el 11 de junio de 1904, en la que eligen presidente a Dalmiro Varela Castex, el primero en tener un auto en nuestro país. También en 1907 funda el Aero Club, ubicado en el barrio de Lugano, que presidía al momento de su muerte.

Luego de aburrirse de volar en el globo “Huracán”, con el cual el 27 de diciembre de 1909, bate un récord de distancia uniendo Buenos Aires y Bagé (Brasil), se dedica a volar aviones.

En 1910 además de participar de las actividades deportivas que se realizaron por el aniversario del Centenario de la Revolución de Mayo, colabora con el perito Francisco Pascasio Moreno en el Congreso Científico Internacional, presidiendo la Comisión de la “Volación”. Newbery para este congreso redactó un documento clave sobre legislación de la explotación del petróleo argentino. En este mismo congreso el profesor Arsenio Thamier presentó ante la “comisión médica”, un fundamentado trabajo sobre “gimnasia militar”.

Este mismo año había conseguido su brevet de aviador, siendo uno de los primeros en tenerlo en el país. Para 1911, Newbery se compró un avión Blériot, influenciado por el récord de altura conseguido por el mítico aviador francés Roland Garros.

En noviembre de 1912 logra cruzar en su avión el Río de La Plata, en 37 minutos y a 1.600 metros de altura. Por esa época también es uno de los fundadores del Aero Club de Villa Lugano.

En 1913 adquiere en Europa un aviónMorane – Saulnier y comienza a urdir ya el cruce de Los Andes, para unir Argentina con Chile. El 25 de mayo de ese año, para festejar el día de la Patria, encabeza la primera flota de aviones que participan de un desfile militar.

Su nombre había adquirido por esa época una fama inusual en el país, a causa de sus hazañas deportivas. Ya se lo conocía como “el primer sportsman criollo”.

Por este motivo en octubre de 1913 en el cabaret Armenonville, la orquesta típica de Roberto Firpo lo homenajea por sus proezas con una velada de gala, interpretando el tango “De pura cepa”, que honra el valor temerario del homenajeado.

Es allí donde Newbery tiene un altercado muy famoso. Cuando va a entrar al cabaret, el “Turco Záncano”, un guapo del ‘900 que había perdido protagonismo entre el malevaje, le hace una zancadilla y cuando éste cae al suelo le dice: “El Niño Jorgito ha batido el récord de bajura”. Newbery se levanta tranquilamente y con una docena de piñas de estilo pugilístico, manda al guapo al hospital. Este episodio inspirará a Celedonio Esteban Flores a escribir el tango “Corrientes y Esmeralda”  que en uno de sus párrafos expresa: “Amainaron guapos junto a tus ochavas, cuando un elegante los calzó de cross…”.

En febrero de 1914 bate el récord mundial de altura con 6.225 metros en su avión Morane mejorado, aunque sólo le homologan 6.110 metros, por cuestiones meteorológicas.

Viaja inmediatamente al viejo continente y durante una cena con varios pilotos de aviación europeos, en la casa de la actriz francesa Gilda Darty, Newbery observa la mesa y pregunta a los concurrentes: “En esta mesa hoy somos trece, ¿quién será el primero en morir?”, es como una premonición; aunque todos los presentes, hombres aventureros y audaces, se reían de la muerte.

En plenos preparativos para cruzar en avión la Cordillera de Los Andes (por su obsesión de aventuras ya la había recorrido a pie y en mula) viaja a Mendoza, para estudiar las condiciones meteorológicas y geográficas de la zona.

Dicen que al salir del hotel donde había almorzado con el gobernador Rufino Ortega y, ante el pedido de un grupo de damas, el domingo (de carnaval) 1º de marzo de 1914, decide mostrar algunas piruetas que había aprendido en su reciente estadía en Europa.

Como no tenía su avión se sube al avión Morane de su amigo Teodoro Fels, junto con Benjamín “Tito” Giménez Lastra y, aunque sabía que el avión se inclinaba de manera inadecuada hacia la izquierda, pues se lo había comentado su dueño, Newbery comienza, pese a todo, a hacer una rutina de acrobacias para su público, que en gran cantidad lo alentaba desde tierra. Al intentar hacer el “looping”, un círculo que el escape del avión dibuja en el aire y en cuya cumbre los pilotos sienten esa experiencia extraordinaria de ver el mundo al revés, terminó en el tirabuzón mortal, que clavó la hélice del Morane contra el suelo de la estancia de “Los Tamarindos”, perdiendo así la vida.

Con toda justicia, Newbery fue considerado, junto a la aviadora Carola Lorenzini, que también encontró la muerte en forma parecida, como los más altos exponentes de nuestra aviación civil.

El entierro de Newbery se realizó en el cementerio de La Chacarita tras una verdadera peregrinación, según cuentan los diarios de la época, acompañado por 50.000 personas que admiraban al primer ídolo de la era moderna de nuestro país. Belisario Roldán fue el encargado de despedir sus restos expresando: “Ha caído para siempre el que tenía el corazón abierto a todas las emociones puras, y la mano lista para todas las lealtades; el que no necesitó dejar de ser bueno para ser glorioso”.

Podemos decir que Newbery encarnó al primer  “héroe nacional moderno”, como tiempo después lo serían Yrigoyen, Gardel, Evita y Perón, quienes también fueron despedidos con el llanto honesto de su pueblo. Cada vez que el Pueblo llora por uno de sus hijos, es porque se ha ido una persona de bien.

La Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires para homenajear al primer sportman de nuestro país, por unanimidad, sancionó el 7 de diciembre del año 1990, la Ordenanza Nº 44.481, por la cual se instituye todos los años el premio “Jorge Newbery” a los mejores deportistas de la Ciudad de Buenos Aires. Y también se creó, dependiente de la Secretaría de Cultura de la Nación, el Instituto Nacional Newberiano en homenaje al impulsor de las actividades aeronáuticas en el país.

Fuente: Libro “Historia Política del Deporte Argentino” de Víctor F. Lupo

Capítulo VII – Página 96

Mayo 2018.

 

 

 

 

 

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