Uno de los más grandes boxeadores argentinos, Pascual (Pascualito) Pérez, nació el 4 de mayo de 1926, en el pueblo Rodeo de la Cruz, departamento de Guaymallén, provincia de Mendoza, hijo de Francisco Pérez Sáez y Elisa Alonso, siendo el menor de nueve hermanos de una familia que trabajaba de sol a sol en la recolección de la vid.
Un tío dicharachero y bonachón llamado Juan, hermano de su padre que había sido boxeador fue quien convenció a los padres para que lo dejaran calzarse los guantes por primera vez.
En la categoría aficionados que comenzó a los 18 años, fue campeón en todos los títulos que podía conseguir un pugilista amateur: campeón mendocino y argentino de novicios en 1944; del abierto de Salta en 1945; latinoamericano en 1946; de la Vendimia y latinoamericano en 1947 y campeón del Preolímpico en 1948. Logró la ansiada medalla de oro (sexta en la historia para este deporte) en los Juegos Olímpicos de Londres 1948, en la categoría Mosca, al ganarle al italiano Spartaco Baldinelli por puntos en el Empire Pool de Wembley, el viernes 13 de agosto (luego de pelear todos los días desde el lunes), mientras, que horas después, otro boxeador argentino Rafael Iglesias, conseguía el oro en los Pesados, al vencer por nocaut en el segundo asalto al sueco Nilsson.
Al regresar al país, “Pascualito”, envuelto en una bandera argentina, daba su testimonio a los periodistas y a la multitud que lo había ido a recibir: “Yo puedo decir que todo se debió al apoyo que Perón le brindó al deporte. Fue maravilloso con nosotros. Fíjese que mandó una delegación de 365 personas a Inglaterra, que incluía 274 atletas, y hasta hubo un colado que pasó desapercibido al embarcarnos. Cuando lo aceptaron, se ocupó de controlar el equipaje de la delegación”.
En mayo de 1950, la Argentina conquistó en Guayaquil, Ecuador, el Campeonato Sudamericano de Boxeo, con los triunfos de Pascual Pérez, Oscar Pita, Ubaldo Pereyra y Osvaldo Besares. Ese mismo año, Pascualito ostentaba los títulos de campeón mendocino, argentino, latinoamericano y el de la Buena Vecindad, conseguido en Lima, Perú.
En 1951, Argentina ganó en las ocho categorías en disputa de boxeo, de los “Primeros Juegos Deportivos Panamericanos” en la ciudad de Buenos Aires. Pero el gran ausente de estos Juegos fue “Pascualito”, quien no participó al ser derrotado en las eliminatorias nacionales, por Alberto Barenghi, otro gran boxeador de la época en su misma categoría (logró el oro panamericano en peso Mosca).
A los 26 años, Pascual Pérez ingresó en el campo rentado, el 5 de diciembre de 1952, en la ciudad de Avellaneda, venció por abandono, en la cuarta vuelta, a José Ciorino. A partir de esta fecha realizó 21 combates, de las cuales ganó 20 antes del final, logrando el título argentino el 11 de noviembre de 1953.
Su brillante carrera iba en ascenso hasta que gracias al esfuerzo de los dueños del Luna Park (inaugurado en 1932), Ismael Pace y José Lectoure, el 24 de julio de 1954, en ese emblemático estadio, le empató al campeón del mundo, el japonés Yoshio Shirai. El campeón japonés, en el mismo estadio, tiempo después, realizó otra pelea, en la que derrotó por puntos al campeón panamericano de 1951, Alberto Barenghi.
Pocos meses más tarde, el 26 de noviembre de 1954, Shirai y Pérez, volvieron a enfrentarse por el título máximo de los Mosca en un estadio al aire libre (Korokuen), con una fría temperatura de 12º grados, en Tokio (Japón). Pero el mendocino Pascual “Piquillín” Pérez (48,810 Kg.), que se recuperaba de una lesión por la cual se había aplazado el combate un mes antes, con un boxeo plástico, vivaz y depurado, consiguió el primer campeonato del mundo para nuestro país, luego de tirarlo tres veces y ganar por amplio margen de puntos al local Shirai (50,510 Kg.). Este triunfo provocó la alegría de su rincón comandado por Lázaro Koci y de los pocos hinchas argentinos presentes en el estadio, quienes invadieron el ring. Estos hinchas eran los famosos atletas Delfo Cabrera, Reynaldo Gorno y Ezequiel Bustamante, más el entrenador Alejandro Stirling, que se encontraban en Japón para correr la famosa Maratón de Nakamura (hoy Fukuoka).
El pequeño “Pascualito” había logrado lo que no había podido el “Toro Salvaje de las Pampas”, Luis Angel Firpo en Polo Grounds, Nueva York, frente a Jack Dempsey, aquel 14 de septiembre de 1923.
La pelea Shirai – Pérez fue transmitida por radio a un numeroso público reunido sobre la avenida de Mayo, por los altoparlantes ubicados en los techos del diario “La Prensa”, en horas de la mañana. Apenas terminada la pelea, la multitud, una vez más, como ante todos los hechos históricos y deportivos de nuestra Patria, desde 1810, volvió a colmar la histórica Plaza de Mayo, para festejar este importante logro. Las primeras palabras del primer campeón, en la radio fueron: “Gané para Perón, para mi Patria y para la Argentina”.
El 8 de diciembre Perón junto a las máximas autoridades del país y una multitud concurren al aeropuerto de Ezeiza a recibir al gran campeón.
En los últimos días de ese inolvidable 1954, los deportistas campeones mundiales le tributaron un homenaje a su “amigo”, el presidente Perón, en el Luna Park. El pesista Humberto Selvetti (medalla de plata olímpica) realizó una exhibición y hubo combates de lucha y boxeo, con el atractivo de la actuación de las orquestas de Horacio Salgán y Aníbal “Pichuco” Troilo. Allí Pascual Pérez, recibió de mano del vicecomodoro Carlos R. French (edecán presidencial) la llave de un automóvil que le había regalado el Presidente de la Nación. Ese día también recibieron recompensas Ezequiel Navarra (campeón mundial de billar), Juan Manuel Fangio y José Froilán González (campeón y subcampeón respectivamente de la Fórmula 1 internacional), Reynaldo Gorno (medallista olímpico 1952) y Oscar Panno (campeón mundial juvenil de ajedrez).
Pascual Pérez le dió la revancha a Shirai el 30 de mayo de 1955, nuevamente en Tokio, venciéndolo esta vez por K.O en la quinta vuelta y demostrando la gran capacidad boxística que tenía en ese momento.
Por esta época, resonaba diariamente en las radios nacionales, un disco del famoso cantor de tangos, Héctor Mauré, que entonaba: “Pascualito Pérez/ gran campeón del mundo/ hoy la patria entera/ tu hazaña festeja”.
En junio de 1955 se vivía una Argentina políticamente turbulenta, más aún después, del cobarde bombardeo de la aviación naval sobre Plaza de Mayo y la Casa Rosada, con el fin de matar a Perón y durante el cual murieron más de 600 inocentes.
El 30 de agosto de 1955, ante una gran demostración de cariño del Pueblo en la Plaza Independencia de Tucumán, Pascual Pérez anunció que, renunciaría a su título de campeón mundial, si el presidente argentino Juan Perón, dimitiera a su cargo.
En diciembre de 1955, ya con los golpistas de la autodenominada “Revolución Libertadora” en el poder, Pascualito Pérez, desafiante, fue ovacionado nuevamente, en el estadio Luna Park. Era la “Gran Fiesta del Deporte Argentino”, y Pérez, el segundo deportista nacional en recibir el ambicionado “Olimpia de Oro”, otorgado por el Circulo de Periodistas Deportivos, que lo eligió comoel mejor deportista del año.
El 11 de enero de 1956, cuando por primera vez en nuestro país se disputaba un combate por el título mundial de boxeo, “Pascualito” venció al filipino Leo Espinoza, en una dura pelea, por puntos en 15 vueltas. El 30 junio de ese mismo año, en el estadio de Peñarol de Montevideo (Uruguay), le ganó por demolición en el round 11º, al cubano Oscar Suárez. En la ciudad de Tandil el 3 de setiembre retiene el título al vencer por KO. en el 5º a Ricardo Valdez.
En su quinta defensa por el título, en 1957, se presentó el 30 de marzo en el viejo estadio del “Gasómetro” de avenida La Plata, de San Lorenzo de Almagro, venciendo por K.O. en el primer round al inglés Dai Dower ante una multitud. Luego llenó la cancha de fútbol del Club Boca Juniors, derrotando en la 3º vuelta al español Young Martín por el título el 7 de diciembre.
En 1958 en la ciudad de Caracas, Venezuela, ante el local Ramón Arias, debió recurrir a toda su experiencia para retener la corona, venciéndolo por puntos en 15 rounds. Ese mismo año ganó otras cuatro peleas en distintos países sin poner en juego el título, finalizando con una nueva defensa en Manila al vencer en 15 asaltos a Dommy Ursua.
Durante 1959, en Tokio, comienza perdiendo sin exponer el título, frente al local Sadao Yaoita. Luego venció a Kenji Yonekura en un amistoso por puntos y por la corona a este mismo rival el 10 de setiembre en quince vueltas. Para finalizar en Osaka (Japón) el 5 de noviembre venció nuevamente a Yaoita por K.O. en la vuelta 13º por el título.
Con muchos problemas ya en su vida personal enfrentó en la ciudad Bangkok, Tailandia, el 16 de abril de 1960 al local Pone Kingpetch, quien logra arrebatarle el título luego de seis años, tras vencerlo por puntos en 15 vueltas. Pérez, el pequeño gran gladiador, fue por la revancha, unos meses después, en Los Ángeles, Estados Unidos pero cayó derrotado por K.O. en el octavo round.
Durante unos años más siguió exponiendo “en cuotas” su clase de gran boxeador, en las distintas provincias argentinas, pero no era el mismo, pese a ganar 30 de sus 33 peleas. Hasta que el 16 de marzo de 1964, en el Gimnasio Nacional de Panamá, con 37 años, realizó su última pelea perdiendo por KO técnico en la sexta vuelta, frente al panameño Eugenio Hurtado. Esta fue su despedida del deporte al cual le había entregado más de 20 años, anunciando su retiro el 11 de abril de 1964.
En su extensa carrera como profesional, el mendocino consiguió 84 victorias (57 por nocaut) 1 empate y 7 derrotas. Entre todos los boxeadores argentinos, campeones del mundo, Pascual sólo puede ser comparado con Carlos Monzón.
A las 14.45, el 22 de enero de 1977, en la clínica del Dr. Cormillot, como consecuencia de varios paros cardíacos, debido a una infección hepatorrenal, murió el gran campeón del boxeo argentino, quien enseguida fue distinguido con su ingreso al Salón de la Fama de este deporte en Estados Unidos, por ser el boxeador de peso Mosca, de mayor pegada en la historia mundial.
Fuente: Libro “Historía Política del Deporte Argentino” de Víctor Lupo- Ed. Corregidor
Capítulo XLI – Página 312
24 noviembre de 2013