“El sueño del pibe” es un tango famoso de Reinaldo Yiso (letra) y Juan Puey (música) escrito en 1943. Tiene tantas grabaciones que sus intérpretes van desde Osvaldo Pugliese con la voz de Roberto Chanel, a Diego Armando Maradona para un programa de Raffaella Carrá en la RAI. En unos de sus versos más famosos, el pibe de la historia recibe la citación del club que lo probará como futbolista y corre a decírselo a su madre:
“¡Mamita, mamita, ganaré dinero! / Seré un Baldonedo, un Martino, un Boyé…”
Al consagrarse en la letra de un tango, un poco como exigiría Macedonio Fernández, la porteñidad mítica de Emilio Baldonedo, ídolo del balompié ciudadano, quedó grabada tan a fuego como el nivel mítico de Leguisamo al ser cantado en tangos por Gardel.
Baldonedo nació en Las Casas y avenida Boedo, pleno barrio de Boedo, el 23 de Junio de 1916. Llegado al mundo para ser temprano ídolo deportivo, debutó a los 19 años en la primera división de Huracán.
Era el año 1935 e hizo una inolvidable dupla con Herminio Masantonio, a quien siempre quería de compañero. Con la camiseta del Globito disputó 11 temporadas, jugó 257 partidos y convirtió 156 goles.
Insider derecho para la época, “8” de ida y vuelta con llegada al arco para los años ´70, o volante por derecha con gran remate y muy buena definición, para estos tiempos. Participó de todos los partidos en aquella gran campaña de Huracán de 1939, cuando el equipo de Parque Patricios le ganó a los cinco grandes en la primera rueda.
También descolló Baldonedo en la Selección Nacional. En 1940 jugó seis partidos y anotó siete veces. Terminaría por ser el máximo goleador argentino frente a equipos brasileños, a quienes les convirtió siete tantos en cinco encuentros en un mismo año.
En 1945 se incorporó a Newell´s Old Boys, donde jugó tan sólo 5 partidos para finalmente recalar en México. Allí jugó para Monterrey y Puebla, donde cumplió sus últimos tres años como jugador.
De regreso a la Argentina volcó sus conocimientos como entrenador de las divisiones inferiores, y también en primera división. Don Emilio fue “padrino futbolístico” de “Miguelito” Brindisi en sus primeros años en Huracán. También dirigió Bánfield, Boca, Chacarita e Independiente y a algunos equipos del ascenso, como Sportivo Dock Sub y Barracas Central.
Fanático hincha de Huracán, ya de grande y apoyado al alambrado del estadio Ducó repetía: «¡No saben cómo sufro cada vez que pierde Huracán! A veces, prefiero no mirarlo».
A sus 82 años se fue de la vida y dejó para siempre su recuerdo como hombre del fútbol. Era el 31 de mayo de 1999.
Fuente: Libro “100 Ídolos Porteños” de Horacio del Prado y Víctor F. Lupo
Capítulo 9 – Página 36
Editorial Corregidor
Junio de 2017