El automovilismo une a los pueblos sudamericanos
Domingo Marimón es el ganador
Marimón desde muy chico comenzó a trabajar en el taller mecánico de su padre en Zárate, Buenos Aires, donde había nacido el 18 de mayo de 1903. En 1922 llegó a la ciudad de Cosquín, en la provincia de Córdoba, para tratar su grave enfermedad: la tuberculosis. Allí Domingo Marimón se radicó definitivamente en 1928. Trabajando de taxista y chofer, fue aprendiendo los secretos de los caminos sinuosos de las sierras cordobesas, para luego instalar, como propietario, una casa de Pompas Fúnebres.
Debutó como corredor de automovilismo en 1931, en una competencia de fuerza Libre y Limitada en el circuito de “La Tablada”, emplazado en su ciudad adoptiva: finalizó en el segundo lugar con un Chevrolet 6 cilindros. En el Gran Premio “Virginio F. Grego” de 1936 aparece ya en el Turismo Carretera, aunque en esta primera experiencia en “el circo de las cupecitas” tiene que abandonar. Su primera victoria la consigue en 1938, en el circuito de “El Borbollón”, Mendoza, con el Ford de Osvaldo Parmigiani. Tiempo después llegaría a integrar el equipo oficial de Ford junto a “monstruos” de la categoría como Ángel Lo Valvo, Oscar Gálvez y Ricardo Risatti.
Entre los años 1939 y 1946, las competencias automovilísticas en nuestro país sufrieron las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial, con la falta de neumáticos y combustibles, por lo que hubo un paréntesis obligado en los Grandes Premios de Turismo Carretera.
Se vuelve a las competencias oficiales con el “Gran Premio Internacional de 1947” y Domingo “Toscanito” Marimón, según cuentan los memoriosos, fue quien le dio el apodo de “chivos” a los autos de la marca que defendería para siempre a partir de esta carrera. Con su Chevrolet Nº 11, ganó la primera etapa (Buenos Aires – Santiago de Chile), aventajando a Oscar Gálvez, en una etapa donde abandonaron 34 corredores y el Chevrolet de Jorge Descotte cayó por un barranco. En la segunda etapa se retiró cuando estaba segundo, detrás de Juan Manuel Fangio, en la ciudad de La Banda, Santiago del Estero, descontento por un fallo de los jueces de la carrera.
En 1948, “Toscanito”, apodo con que se lo conocía por andar siempre con un toscano en su boca, pese a su enfermedad, al comando de su Chevrolet Nº 12, parte desde el Automóvil Club Argentino en Buenos Aires el 19 de octubre, rumbo a la ciudad de Caracas, Venezuela, sin imaginarse que esa prueba lo anotaría entre lo más granado del TC.
Esta carrera ya había sido planeada por el Automóvil Club Argentino (ACA) allá por 1930, pero que por diferentes problemas, económicos y políticos, no se podía realizar. En 1942, el tenaz y creador dirigente del automovilismo argentino, Francisco “Pancho” Borgonovo, había realizado un relevamiento de la ruta hasta Caracas por lo que, a comienzos de 1948, la carrera ya estaba en proceso de gestación. En un principio sería desde Caracas hasta Buenos Aires, pero el costo de traslado de vehículos, pilotos y mecánicos, sumado a la necesidad de tener los medios mecánicos listos dos meses antes, hizo que la cosa fuera al revés.
El presidente Perón, con su idea americanista, fue quien hizo posible este sueño de los “tuercas argentinos”. Así había nacido la Buenos Aires-Caracas.
En la carrera histórica del Turismo Carretera, Domingo “Toscanito” Marimón consigue su triunfo más rutilante, al consagrarse vencedor del “Gran Premio de América del Sur”, más conocida como la “Buenos Aires – Caracas”, sin ganar ninguna de las 14 etapas con que contaba la prueba.
Oscar Alfredo Gálvez (descalificado en el final) había ganado 7 etapas, su hermano Juan 5, una Fangio y la otra, Víctor García.
Luego de recorrer las incipientes rutas sudamericanas, Marimón emplea para esta travesía de 9.575 Km. con 800 metros, 118 horas, 37 minutos, 18 segundos, aventajando en la Clasificación General por 12 minutos al juninense Eusebio Marcilla (“El Caballero del Camino”). Apenas enterado de su triunfo (luego de la descalificación de Gálvez) Marimón le dedicó el triunfo a su colega Marenghini, quien en el camino, le había facilitado la maza (el cubo de la rueda) de su Chevrolet, porque el suyo estaba destrozado.
“Toscanito”, además de la gloria de ganar la carrera más recordada de los hinchas del TC, se hizo acreedor a la importante suma de 113.000 pesos.
Final polémico
El primero en cruzar la línea de llegada de la última etapa fue el mendocino Víctor García al mando de un Ford. Tras él llegaron Marcilla, Marimón, López y Ataguile. Contento con su segundo puesto, “Toscanito” empezó a ver qué pasaba con Gálvez. Pero Oscar Gálvez no llegaba y el destino le había reservado algo inesperado. Oscar se acercó a la meta empujado por un Buick de última generación; porque su cigüeñal había dicho basta y el Ford no podía andar por sus propios medios. Con la ayuda de un pronunciado declive y un más que evidente empujón, el Aguilucho cruzó la meta entre aplausos y vítores, creyendo ser el ganador.
Arrancado del auto por una increíble muchedumbre, y cuando era llevado en andas, fue informado por el Comisario Deportivo de la prueba, Fulvio Pastor, que debido a esa última maniobra su arribo a Caracas no había sido registrado como válido. Los fiscalizadores comprobaron también que el motor estaba frío, y que hacia rato que no estaba en marcha.
Minutos más tarde, y en plena discusión, el acompañante de Oscar, Federico Herrero arrancó el Ford y, como pudo, lo hizo cruzar la meta. Este hecho también fue considerado en contra el reglamento, ya que sólo el piloto podía conducir el auto. Todo era confusión y desilusión para el “pobre” Oscar. El reglamento era claro: descalificación, aunque para la gente venezolana era el ganador.
Tras la decisión de su sanción, y seguramente mal aconsejado, Oscar apeló la medida y hasta le envió un telegrama al presidente argentino Juan Domingo Perón, solicitándole que mediara en la cuestión.
Como respuesta del primer mandatario recibió el siguiente texto: «¿Hay reglamentos? Pues que se cumplan».
Marimón nunca había actuado en política, aunque era afiliado a la Unión Cívica Radical de la provincia de Córdoba. Nunca un político se le había acercado para ayudarlo en su campaña deportiva ni saludarlo. Pero luego de llegar vencedor a Caracas, recibió un conceptuoso telegrama del gobernador cordobés, Amadeo Sabatini quien felicitaba efusivamente al “prominente correligionario en su espectacular triunfo que honra al Partido…”. Sabatini había querido imitar al Presidente Perón.
“Toscano”, era muy amigo de otro corredor de TC, el doctor Pablo Mesples, con quien siempre andaban juntos por las rutas, los boxes o los asados que siempre acompañaban las carreras. Él con un sentido de “humor negro” explicaba que “no podía haber otra cosa que armonía y complemento, entre médicos y funebreros”.
Participó cuatro veces del Gran Premio ”Las Mil Millas” y aunque en las cuatro logró en algún momento puntear por tiempo, nunca pudo terminar estas pruebas por desperfectos mecánicos.
En la primera carrera en dos etapas, los días 25 y 26 de febrero de 1950, la “Vuelta de Santa Fe”, Marimón se alza con la última victoria de su campaña y su primera carrera zonal.
Su última carrera fue en 1955 en el Parque Sarmiento de Córdoba. La prueba, había sido organizada por la Asociación Cordobesa de Volantes de TC a beneficio de las víctimas de la “Revolución Libertadora”.
Abandona la práctica del automovilismo debido a la gran depresión anímica en la que se encontraba a causa de la trágica muerte de su hijo Onofre “Pinocho”, cuando su Maserati chocó contra un árbol disputando el Gran Premio de Alemania de Fórmula1, el 31 de julio de 1954.
Ese año fue, más allá de la tristeza por la tragedia, extraordinario desde el punto de vista estrictamente competitivo para el automovilismo argentino, porque Juan Manuel Fangio con 42 puntos, conseguía su segundo título mundial mientras que José Froilán González era el Subcampeón Mundial de la categoría con 25 puntos. Pero otros argentinos como Roberto Mieres con 6 puntos fue noveno y su infortunado hijo Onofre, quedó en el décimo lugar con 4 puntos, cuando ya le habían ofrecido ser el piloto número uno de Ferrari para el año siguiente. También en 1954 participaban de estas pruebas internacionales los argentinos Clemar Bucci con Gordini y Jorge Daponte con Maserati.
El 30 de junio de 1981, Domingo “Toscano” Marimón con el recuerdo de su hijo a cuesta, en un accidente fatal se pegó un tiro de escopeta mientras estaba limpiándola, falleciendo en el hospital Privado de Córdoba.
Fuente: Historia Política del Deporte Argentino
Ediciones Corregidor
Octubre 2014.