Así se refería a Guillermo Vilas, la tenista Mary Terán de Weiss durante una cena en su honor, realizada por el Instituto Argentino del Deporte, el 16 de septiembre de 1980.
Guillermo Vilas, nacido en la Capital Federal un 17 de agosto de 1952, pero criado en la ciudad de Mar del Plata, comenzó a practicar tenis muy pequeño bajo la conducción del profesor Felipe Locícero en el Club Náutico de esa ciudad. Allí aprendió la técnica de los golpes de este deporte con un rígido entrenamiento de más de 6 horas diarias, por lo cual debía rendir los exámenes en forma libre, para recibirse en el secundario.
A los 15 años viajó a Buenos Aires, apadrinado por los dirigentes Juan José Vázquez y Horacio Billoch Caride, para dedicarse de lleno al tenis. Su primer gran título es el Orange Bowl (el torneo más importante de la categoría), donde obtuvo el título en doble juveniles en 1968, venciendo en semifinales a quien sería luego uno de sus grandes rivales, el norteamericano Jimmy Connors.
Como profesionaldebutó en 1970 y a los 21 años, el 25 de noviembre de 1973, ganó el primer torneo del circuito, al lograr el “Abierto de la República” (el más importante de nuestro país) en el Lawn Tennis Club de Buenos Aires, venciendo al sueco Björn Börg (el gran rival de su carrera), por 3-6, 6-7, 6-4, 6-6 y abandono.
El 15 de diciembre de 1974, en el estadio Koyoong de Melbourne, Australia, “Willy” Vilas fue campeón del Master masculino al vencer a Illie Nastase en 3 horas y 30 minutos por 7-6, 6-2, 3-6, 3-6 y 6-4, ingresando así en la elite del tenis mundial.
El 26 de julio de 1975, en semifinales del torneo Washington Star, Guillermo le ganó al chileno Jaime Fillol por 6-2 y 6-1 ubicándose por primera vez como Nº 2 del Mundo. En 1976 elige como su entrenador al rumano Ion Tiriac, que lo llevará a lo más alto de su carrera.
El 5 de junio de 1977 a los 24 años le ganó al estadounidense Brian Gottfried por 6-0, 6-3 y 6-0, y se adjudicó el Roland Garros, con el resultado más amplio en una final del Abierto de Francia. Era su primer torneo de Grand Slam (el más importante de su carrera). En todo el torneo perdió un solo set (ante el chileno Prajoux) y con este triunfo se ubicaba en el segundo lugar del Gran Prix de ese año detrás de Gottfried. (Con la forma de clasificar actualmente hubiera sido el Nº 1 por amplio margén, aunque ese año no lo reconocieron así.) Este puede decirse que fue el mejor año de su carrera, (ganando los Abiertos de EE.UU., venciendo en la final a Jimmy Connors, y de Australia) que duró hasta 1989. Hasta ese año Guillermo jugó 163 partidos, venciendo en 149 partidos y 16 torneos de los 45 en que participó entre singles y dobles.
Para culminar ese año glorioso de 1977, Guillermo, ganó por tercera vez, el Olimpia de Oro del Círculo de Periodistas Deportivos, dejando atrás en la votación al gran campeón mundial de boxeo Carlos Monzón.
El mejor tenista de la historia de nuestro país se mantuvo durante 9 temporadas dentro de los Top – Ten (10 mejores del mundo). Ganó 4 Grand Slam (Roland Garros y Abierto de EE.UU. en 1977 y Australia en 1978 y 1979), entre los 62 torneos internacionales que se adjudicó. También fue finalista de otros 42 torneos y además tuvo una racha de 53 partidos invictos (en canchas lentas, en 1977) que le cortó el rumano Illie Nastase con una raqueta de doble encordado.
En Roland Garros, además, fue finalista en 1975, 1978 y 1982.
Nunca se negó a jugar la Copa Davis para la Argentina a pesar de llevarse muy mal con los dirigentes del tenis local. Estos llegaron en 1980 hasta a sacarle una solicitada en los diarios tratándolo de «Ídolo con pies de barro«, pero el pueblo, “que nunca se equivoca”, lo tiene a Vilas como a uno de sus más grandes ídolos en el deporte argentino. Ese año era el de la gran oportunidad de ganar la Davis, pero, como locales, Vilas y José Luis Clerc fueron derrotados por Checoslovaquia, equipo al que habían vencido fácilmente en la Copa de las Naciones.
Nuevamente junto a Clerc (otro gran tenista) en 1981 llegaron a jugar la final de la Copa Davis, perdiendo con EE.UU. (McEnroe-Fleming) por 3 a 2 en una brillante actuación.
En su extensa carrera, ganó en tres oportunidades (1974-75-77) el Grand Prix.
Vilas jugó 55 partidos en singles y se llevó la victoria en 45, con un promedio de 81,82%. En dobles participó en 26 cotejos y triunfó en 12, con 46,15% de promedio. Obtuvo la Copa Mundial de Tenis en 1980 y se retiró oficialmente a los 36 años, en 1989, para pasar a integrar el Salón de los Famosos del Tenis, en Newport, Estados Unidos (1991), aunque sigue jugando en torneos de Master, junto a los mejores del mundo.
Pese a que cambió el tenis en la Argentina popularizándolo de tal manera que en la década del 1980 se calculaba una cantidad de 2 millones de personas que practicaban este deporte, Vilas nunca llegó a ser el capitán del equipo argentino de la Copa Davis y ni siquiera a trabajar como comentarista para algún canal de TV.
De la popularización de este deporte lograda gracias a Guillermo Vilas, apareció por esos años Gabriela Sabatini la más exitosa tenista de la Argentina y, en su época, una de las 5 mejores del mundo.
Vilas junto a su padre, que murió poco días después, asistió en julio de 1992 a la inauguración del complejo de canchas de tenis de cemento, que llevan su nombre y donde funciona también bajo su conducción, la Escuela Nacional de Tenis para menores, en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNARD).
“Pienso que los argentinos somos exitistas: No hay lugar para el revisionismo y se pierden los valores. Por eso la Argentina está mal, porque no tiene vivo su pasado. No puede tener dos personas en el mismo deporte, no puede soportar varios líderes. La Argentina no tiene historia. En Francia en la televisión vive apareciendo De Gaulle y los deportistas del pasado. En la Argentina esto no sucede”, declaró en el 2002 Guillermo Vilas.
También, quejándose de los dirigentes del tenis, expresó “Yo soy como la Costanera para los porteños. Viven de espalda a ella. Algún día se acordaran de que existe el río… Creo que no hay que darle la espalda al río”.
A fines de 1999, fue considerado por el Círculo de Periodistas Deportivos de Buenos Aires (junto a Maradona, Fangio, De Vicenzo y Monzón) uno de los 5 mejores deportistas argentinos del Siglo.
Al cumplirse los 25 años de su triunfo en Roland Garros fue homenajeado durante el torneo del 2002. En las legendarias canchas de Francia estuvieron presentes los 300 mejores periodistas del mundo de este deporte, para ratificar su merecido reconocimiento.
Fuente: Libro “Historia Política del Deporte Argentino” de Víctor Lupo- Ed. Corregidor
Página 421- Capítulo LXII
15 Agosto de 2017