14 de noviembre de 1936: RUBEN SOSA – Marqués, Académico y Tanguero

Nov 10, 2015 | Deportistas en el Recuerdo

 

10112015ruben sosa

Cuenta el “gran mariscal” Roberto Perfumo que guarda un recuerdo especial de Rubén Sosa, el «Marqués»: Cuando Roberto era un muchachito en las inferiores de Racing, lo veía jugar en la primera y lo admiraba. Sosa era estrella en la Academia y en la Selección Nacional y junto con su exquisitez para jugar con la pelota al pie se destacó como uno de los grandes cabeceadores de la historia. Por eso, cuando Perfumo asomó a la primera, le quedó grabada la cordialidad de quien era una gran figura: «Nos trataba muy bien a los pibes, con mucho afecto. Y de cuando yo lo miraba de afuera a cuando lo tuve de compañero, me quedó grabada su imagen: llegaba al entrenamiento vestido de traje y corbata. ¡Nunca me lo voy a olvidar!»
El cantautor español Joan Manuel Serrat hablaría, tal vez, de la aristocracia del barrio, para definir ese señorío en la actitud, en la vestimenta incluso, que caracterizaban al «Marqués», como portador residual de una época en que la gente iba de traje y sombrero a la cancha de fútbol, al hipódromo, a la noche de boxeo en el Luna Park.
Un actor y creador argentino como Sergio Renán, tan famoso por su obra artística como por su condición de hincha académico, cuelga en su “paquete” departamento de la Recoleta dos retratos claramente pintados en el Renacimiento español. Cuando un galerista amigo le preguntó de qué personajes se trataba, él los descolgó con orgullo y los nombró: ”Este de la espada y el escudo de armas, que parece D’Artagnan, es el Marqués Sosa. Y este otro, con la capa, con este aire de cortesano de Velázquez, es el Conde Federico Sacchi”.
El amigo, crítico experto y curador avezado, asintió, sorprendido por su descubrimiento de la presencia en Buenos Aires de dos obras cuya memoria catalogadora ignoraba. Y se fue ignorando que le habían presentado el curioso cruce de los campos artístico y futbolero en el curioso modo de homenajear a sus ídolos que sintetizó Renán.
Si el cuadro de Sosa fuese colgado alguna vez en un imaginario cruce del Bellas Artes y la AFA, escribiríamos en el catálogo, al presentarlo: “Rubén Sosa. Figura emblemática del gran fútbol argentino, inolvidable en la delantera del Racing campeón de 1961, con Corbatta, Pizzuti, Mansilla, Sosa y Belén. Y en la complicada Selección argentina de su época, cuando se reunía en toques con Pando, Coco Rossi, o Sanfilippo, para revertir la malaria desatada en Suecia 58. Ya había sido campeón con Racing en 1958 y lo fue con la Selección en el Sudamericano de 1959”.
Fue un periodista controvertido, culpable, lleno de pecados, llamado Bernardo Neustadt, quien cuando dirigía la revista «Racing» en sus comienzos mediáticos lo bautizó «Marqués» con aguda eficacia.
Entre 1958 y 1964, Rubén jugó 151 partidos con 82 goles. Un montón. Fue el goleador de Racing en 1959, 1960 y 1962. Curiosamente, no lo fue cuando Racing salió campeón. Pero en ambas temporadas (59 y 61) aportó 11 goles en cada una. En la Selección también goleó: 11 tantos en 18 partidos. Jugó el Mundial de Chile 1962.
La hinchada de Racing lo amaba. Pero la de Platense también. Y dejó buen recuerdo en el Uruguay, donde jugó en Cerro y en Nacional, cuando el fútbol argentino se le hizo esquivo porque le costaba volver de una fractura. Tuvo un paso por el fútbol de los Estados Unidos y en 1968 se retiró en Flandria. Ya tenía deseos de retirarse, pero siguió un poco más porque en Flandria estaba Pedro Mansilla, su compañero de ataque en Racing.
Fue un porteño de ley, que se inició en el baby fútbol del Club Social y Deportivo El Tábano, de Coghlan y hasta su muerte perteneció fiel al Tábano, donde pasó largas tardes de conversación y recuerdos con otros dos gigantes de la cultura popular, como el gran arquero Julio Cozzi y el Polaco Roberto Goyeneche. A los tres los vinculaba, entre innumerables cosas, el amor por Platense, el club en el que Sosa y Cozzi se iniciaron en las divisiones inferiores.
Nació el 14 de noviembre de 1936. Falleció el 13 de septiembre de 2008. Fue un crack, un tanguero de códigos y un gran tipo.

EL RECUERDO DE LOS HINCHAS

Los grandes jugadores dejan una jugada en la memoria de cada hincha, es decir, infinitas jugadas distribuidas en la memoria colectiva. En una web dedicada a Platense, los hinchas calamares lo despidieron con imágenes como estas, que aquí se reproducen textualmente:
«Esta es una de las mayores penas de este año. Para mis ojos fue uno de los grandes jugadores de esa época. En Platense le vi hacer una jugada IMPOSIBLE: Entró desde el centro al área contraria pero inclinado hacia la derecha. Llegó a la raya del fondo y allí recibió un pase-centro. LO VI DARSE VUELTA EN EL AIRE Y CABECEAR HACIA EL CENTRO DEL ÁREA donde entró (ya no me acuerdo quién) para meter un gol inolvidable. Todo esto con esa elegancia imposible de aquel que sabe lo que hace y sabe como darle el toque genial. Para mi siempre fue Rubén Sosa (el Marqués). Recuerdo que esa enfermedad le impidió estar en la fiesta del centenario». 
De HAS en la Lista de Correo Calamar:

 “El y Subiat los dos mas grandes cabeceadores del fútbol argentino QUE YO VI. Ellos no le ponían el frentazo, le pegaban con ambos parietales y la ponían donde y como querían. Lamentablemente a los chicos de ahora, tenemos que aventajarlos en estas cosas, hoy no se ven estos tipos y mucho menos en Platense. Mi recuerdo, cancha de Chacarita un golazo desde afuera del área pero de PALOMITA… Chau…Maestro».

UNA NOCHE EN EL TABANO.
Por José Luis Ponsico *

Fue en el otoño de 2000. Homenaje a Rubén Héctor (el Marqués) Sosa en el club El Tábano, de la calle Naón al 2900. Antes, con Juan Carlos Guzmán, le tramitamos una «pensión por invalidez» en el Senado. La resolución la firmó un fana hincha racinguista, el Vicepresidente de la Nación, Carlos «Chacho» Álvarez.
Había un centenar de personas en un pequeño salón donde no cabían más de 80 sentadas. El lugar, entrañable, decorado por fotos de los mejores equipos de Platense, especialmente uno del 55 con Julio Cozzi («El mejor de todos los arqueros», dice hace mucho Amadeo Carrizo), Jorge Maldonado y Antonio Báez, entre otros.
Se congregó buena parte de la familia de Racing de los 60 con Juan José Pizzuti  a la cabeza, pero también Pedro Mansilla, el «Chango» Juan Carlos Cárdenas, Rubén Bertulessi y Oscar Raimundo Martín, el capitán del mítico «Equipo de José». El popular «Marqués» lucía un impecable traje azul, estaba como «de casamiento». Fue proyectado un filme de 12 minutos con una recopilación de la trayectoria de Sosa, desde sus comienzos en Platense, destacado y goleador de Primera B en 1957, para hacer «foco» en su notable campaña en Racing entre 1958 y 1965, donde fue dos veces campeón (1958 y 61) y otra subcampeón (1959) en un ciclo inolvidable.
También campeón en el Sudamericano del 59, disputado en Buenos Aires, cuando Brasil vino con el «scratch» campeón del mundo en Suecia 1958 y quedó segundo.
Ya de madrugada, el presidente de El Tábano, situado a pocas cuadras del Hospital Pirovano, contó la anécdota del lugar donde convergen Saavedra y Coghlan…
«Para los que no son del barrio -dijo Francisco Polosa, dirigente y gran amigo del «Marqués»- a cuatro cuadras de aquí en una manzana delimitada por algunas de calles más conocidas como Estomba, por ejemplo, entre 1926 y 1937 nacieron cuatro que 40 años más tarde serían muy famosos. A saber: Julio Cozzi, Roberto (Polaco) Goyeneche y el Marqués Rubén Sosa».
«¿Y el cuarto?» preguntaron varios -el suscripto uno de ellos- a Polosa, que acompañaba a Sosa desde 1956, en la Tercera de Platense. «El cuarto -añadió- no jugó al fútbol ni cantaba; fue policía, llegó a Cabo de la Federal. Luego alcanzó mayor fama aunque nunca fue muy popular… Se llamaba José López Rega…»

Provocó hasta la hilaridad de Rubén Sosa que vivió su gran noche…

* Periodista de Telám

Fuente: Libro “100 Ídolos Porteños” de Horacio del Prado y Víctor F. Lupo

Página 134

Editorial Corregidor

9 de Noviembre 2015-

victorflupo@gmail.com;

 

 

 

 

 

 

Artículos relacionados

Artículos