Adolfo Pedernera fue uno de los hombres más queridos y respetados del fútbol argentino, tanto en su etapa de jugador como en la de entrenador. Fue uno de los “maestros reales, no virtuales” que tuvo este deporte dentro y fuera de la cancha.
Nacido en 1918, debutó en el equipo de River Plate con solo 16 años, en 1935, en la vieja cancha de los “Millonarios”, en Alvear y Tagle, enfrentando al club Ferrocarril Oeste, empatando 1 a 1. Ese día su equipo formó con: Bossio, Juárez y Besos; Santamaría, Minella y Wergifker; Deambrossi, Lago, Ferreyra, Peucelle y Pedernera. El gol de la banda roja, como siempre, lo anotó el gran Bernabé Ferreyra, que se retiraría del fútbol ese mismo año.
Pedernera jugó en River en una etapa inigualable del club, que se prolongó hasta 1946. Formó parte del equipo de la famosa “Máquina”, cuya delantera estaba integrada por: Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau, consiguiendo en esta etapa cinco títulos de campeón. De esa época quedó grabada en la hinchada del club de Núñez una manera de ver y saborear un gusto futbolístico.
Cuando a Carlos Peucelle (el formidable ex jugador y forjador de jóvenes) le atribuían haber sido el fundador de la histórica Máquina de River, un equipo que brindó brillantes espectáculos entre 1941 y 1946, lo negaba sistemáticamente. Para fortalecer esa idea, acuñó una de las frases trascendentales de nuestro fútbol: «La única responsable es doña Rosa, la mamá de Adolfo Pedernera».
Fue un revolucionario de las tácticas y de las técnicas, además de un gran bohemio, amigo de filósofos, escritores, bailarinas y tangueros. Los domingos, luego de cada gol convertido, se dirigía hacia las plateas para dedicárselo a su gran amigo, el bandoneonísta Aníbal “Pichuco” Troilo, que nunca faltaba para ver al gran “Adolfo”.
Durante 1947 defendió la camiseta del Club Atlanta de Villa Crespo. En 1948 jugó para el globito de Parque Patricios, el Club Huracán, al que volvió en 1954 luego de un largo paso por Colombia.
Pedernera en 1948, a raíz de una huelga de futbolistas (levantada el 26 de abril de 1949, luego de 6 meses de lucha), llevado por su gran espíritu solidario, fue el gran impulsor del sindicato de Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA), fundado el 2 de noviembre de 1944, para defender el derecho de los jugadores frente a los dirigentes de los clubes.
Los jugadores de fútbol venían reuniéndose desde esa fecha pero esta huelga fue el detonante para la fuerza actual de la FAA, que, luego, en 1973 (con el empuje de José “Pato” Pastoriza) consigue la sanción del Estatuto y el convenio colectivo de trabajo con la AFA. Hoy además de defender los derechos contractuales de los jugadores, poseen obra social con cobertura de salud, asesoría legal y laboral.
Pedernera pensaba que “el boxeo es tan hijo de la pobreza como el fútbol”. Y por eso todo sería distinto en el fútbol argentino a partir de 1948.
Hugo Gambini en su libro “Historia del Peronismo”, detalla pormenores de esta famosa huelga que quedó grabada en la historia futbolística, de la siguiente manera: ”En 1946, Pedro Canaveri reemplazó como interventor de la AFA al general Avalos (que había sido puesto por el gobierno de la revolución del ’43), pero duró sólo un año ya que en 1947 asume el administrador General de Correos, Oscar I. Nicolini. Este nombra como vicepresidente al radical y dirigente del Racing Club, Daniel R. J. Piscicelli, secretario de la Comisión Nacional de Fomento al Deporte (desde 1942), que era quien otorgaba los préstamos para la construcción de estadios. Estando Nicolini en Europa en el año 1948, el Ministerio de Trabajo citó a Piscicelli a una audiencia con los futbolistas en huelga, para tratar sobre la agremiación de éstos, a lo que se negó expresando: “Yo no soy patrón, sino dirigente”.
Llamado días después por Evita, Piscicelli acudió a la cita: “Entré a su despacho y estaban allí Adolfo Pedernera y José Soriano (líderes sindicales). Evita, que sabía de mi afiliación radical, me dijo: ‘Piscicelli, hay que arreglar muchas cosas en la AFA. Ahí en la calle Viamonte hay una cueva de antiperonistas y usted lo sabe muy bien’. Logré convencerla de esperar el regreso de Nicolini, quien defendió mi postura, porque tenía ascendiente sobre ella”, cuenta el dirigente racinguista.
Esto terminó con el gran éxodo de futbolistas a Colombia (más de 100 jugadores) y otros países latinoamericanos, encabezados por Pedernera y la no participación de Argentina durante varios años en el orden internacional, como en el Mundial de 1950 en Brasil, país que rompió relaciones con la AFA cuando su presidente Valentín Suárez le informó de la declinación a participar. Argentina volvió a competir internacionalmente años después en partidos amistosos.
Un ejemplo del éxodo, fue la partida de jugadores a la incipiente Liga de Cuba, que duro pocos años, formada por los empresarios de la colectividad gallega. La estrella por aquellas tierras fue Amadeo Colángelo, un ocho goleador formado en el Club Ferrocarril Oeste, que regresaría para jugar en Boca Juniors entre los años 1955 y 1957, para luego jugar en Chacarita Juniors. Otros jugadores que llegaron a La Habana, fueron Juan Carlos Carrera (que en las temporadas de 1945 y 1946, actuó en Racing, en 1947 en Newell’s de Rosario y en 1948 en Banfield); Américo Belén (jugador de Quilmes y Talleres de Remedios de Escalada); Alberto Soto y Raúl Torrens (jugador de El Porvenir en 1956) entre otros.
De 1948 a 1954 el “gran” Pedernera jugó en el equipo de Millonarios de Bogotá, Colombia, donde junto a Néstor Rossi y Alfredo Di Stéfano, salieron campeones durante varios años.
En 336 partidos disputados en su carrera con distintos equipos, Pedernera consiguió 136 goles. Vistiendo la casaca de la Selección Nacional jugó 21 partidos y convirtió 7 tantos, siendo dos veces campeón sudamericano. En su primer torneo sudamericano disputado en Santiago de Chile en 1941 fue campeón invicto con cuatro partidos ganados. Entre sus compañeros de equipo se encontraban el “Charro” José Manuel Moreno, Antonio Sastre y el “poeta de la zurda” Omar Higinio García.
Pedernera repitió el título en el Sudamericano de Buenos Aires de 1946, donde hizo 2 goles de los 17 que convirtió la Selección argentina clasificada como campeón invicto con sólo 3 goles en contra.
Una vez que abandonó la práctica activa del fútbol, Adolfo Pedernera fue director técnico de Boca Juniors, Gimnasia y Esgrima de La Plata, Huracán, Independiente (campeón), Temperley, Quilmes; Banfield, Talleres, San Lorenzo, la Selección argentina, Nacional de Montevideo, América de Cali y la Selección de Colombia en el Mundial de 1962, pero en su querido River Plate sólo dirigió, aunque por muchos años, las divisiones inferiores, de las que salieron innumerables grandes jugadores.
También intervino en un exitoso ciclo de radio “Fútbol al centímetro”, junto a los periodistas Dante Panzeri y Pepe Peña.
En sus últimos años era uno de los hombres más requeridos para dar charlas y conferencias sobre la formación de los jóvenes futbolistas. En una de estas conferencias organizadas por el Instituto Argentino de Promoción del Deporte (IAPD), en 1982, junto a Luis Artime, el profesor Jorge Daguerre y el periodista Osvaldo Ardizzone, Pedernera expresó: “Acepto la importancia del fútbol profesional, pero creo que éso no puede ser exclusivo. Nosotros estamos desperdiciando una energía y una pasión, y lo que es peor estamos poniendo a los chicos en función de una quimera (el fútbol profesional) cuando los chicos deben pensar en formarse y en crecer. De miles que empiezan, llegan dos o tres. Creo que entonces es injusto que el fútbol no les dé nada a todos ésos que quedan en el camino. El fútbol debería formarlos, hacerlos hombres íntegros, que puedan servir a la sociedad”, usando el mismo concepto que el Dr. Carrillo (en su decreto) 35 años después.
En 1980 se le entregó el “Diploma al Mérito en Fútbol” de Konek.
El “Maestro” Adolfo Pedernera murió el 12 de mayo de 1995, a los 76 años de edad, a raíz de un paro cardiaco.
La Fundación Konex en el año 2000 entregó el premio de Honor, otorgado a una personalidad relevante ya fallecida. Y el elegido fue Adolfo Pedernera. En esa ceremonia se entregaron menciones especiales a las selecciones de fútbol Sub 20 de 1995 y 1997 y a la Selección argentina de Rugby de 1999.