12 de marzo de 1955: Recuerdo de los II Juegos Deportivos Panamericanos – 1955: México lindo

Mar 10, 2016 | Deportes

 

20160309Tapa Galimi para facebook

Por Fulvio Galimi

En su libro “A Capa y Espada”

México lindo y querido

Si muero lejos de ti

Que no me echen al olvido

Y que me traigan aquí

 

Así cantaba el pueblo, con su canción preferida, despidiendo a su ídolo nacional Jorge Negrete, cuando sus restos volvieron a México tras su muerte. México, estallido de colores de sol, de canto, una población con empuje, con alegría de vivir. Eso es lo que encontramos cuando el avión aterrizó en el aeropuerto de México D.F. en el año 1955.

Seguramente no era lo mismo que esta ciudad de hoy, con más de 30.000.000 de habitantes, un “smog” que oculta el sol y las masacres del narcotráfico. Sin embargo no ha abandonado su empuje industrial, ni creo que sus habitantes hayan perdido sus ganas de vivir y capacidad para el progreso, que viene, de sus antepasados aztecas, civilización culta si las hubo. Tampoco deben haber pedido su alegría de color y canto.

Todo eso ofrecía la metrópoli que albergó los Segundos Juegos Panamericanos. Eran tiempos difíciles para las relaciones políticas con México y eso se reflejaba sobre todo en la prensa que en parte, nos era adversa, pero no se tradujo en ningún problema durante los juegos que se desarrollaron con total normalidad. 

La inauguración se realizó el 12 de marzo de 1955, en el estadio Olímpico con asistencia de unos 100.000 espectadores. Participaron 2.583 atletas y 22 naciones. EEUU logró 177 medallas de oro, Argentina (segundo) 73 medallas de oro y México 58 de oro.

20160309Los Galimi

Esta vez habíamos concurrido con una delegación menor en número. Pero en los deportes que representamos tuvimos una muy buena actuación. Lo reconoció la prensa mexicana cuando el día de la partida publicó un dibujo donde en la Aduana, mostraban sus valijas, por un lado los rubios norteamericanos, llenos de medallas y por el otro lado los argentinos, peinados a la gomina, con abundante bigote, las suyas también abarrotadas de medallas con un epígrafe que decía: “Se llevan todo el oro de México”.-

Los equipos de Florete y Espada argentinos, en los cuales participamos con Félix, ganaron el oro. Félix, no pudo defender su título de campeón individual de florete por una lesión. El individual de espada fue para nuestro compañero Raúl  Martínez.

En estos Juegos integrando el equipo de sable, se encontraba, junto a mí, el entonces Tte. Cnel. Fernando Huergo, que pocos meses después se convertiría en el “verdugo” de los deportistas argentinos, inclusive de nosotros – muy especialmente de nosotros- sus compañeros de equipo.

Terminadas las competencias, quedaron unos días para ver algo de un país tan interesante como pintoresco.

A Félix lo veía poco. No era para menos.  Vivía un amor correspondido con una de las mujeres más lindas e interesante de México, que además era famosa por haber sido la novia del “Rey de la Noche” llamado Hernando. Le dije a mi hermano:

–Cuídate mucho, esta gente de la noche es muy peligrosa. Me miró y contestó con una pregunta:

–¿Vos en mi lugar qué harías?. 

Bueno…exactamente lo mismo que vos,

–¿Y nuestro Padre? – agregó? 

De casta le viene el galgo!, contesté.

Nos despedimos con un abrazo. Nos vemos en Acapulco dijo y se fue. Así que decidimos partir para Acapulco, famoso balneario en aquella época, inmortalizada por el poeta Agustín Lara con la canción “María Bonita” que le cantara, a su amada mujer, María Félix, con mis compañeros Raúl Martínez y Arturo Ruiz González.

El viaje tuvo alternativas tragicómicas, como la de quedarnos sin nafta en la carretera, cerca de un pueblo, que más era un caserío. 

¿Dónde cargaremos nafta?  Preguntamos y nos dijeron, solamente en lo de Margarito Fernández.

El tal Margarito, con más tequila encima que nafta en el surtidor, era aficionado a la riña de gallos. 

No se pueden ir así nomás, deben ver a mi gallo imbatible que va a pelear ahora.

Se suscitó una escena más que pintoresca. Margarito había asido de un brazo a Ruiz González, el más joven de nosotros y lo quería arrastrar hacia adentro del rancho para presenciar la riña, mientras yo aferrado al otro brazo, trataba que zafara.

20160309Tapa Mundo Deportivo

Providencialmente llegó un amanuense de Margarito con la noticia de que a su gallo lo estaban matando a picotazos y Margarito, que como contara, estaba pasado de tequila, se despabiló y salió corriendo, lo mismo que nosotros, antes que el gallo reaccionara. La escena, en ese pueblo de casas blancas y pobladores con su clásico sombrero para el sol, durmiendo en cuclillas en la calle parecía no terminar.

Al fin todos nos encontramos en Acapulco, pasando buenos momentos con los mariachis, las canciones de Raúl Martínez, el Ski acuático, una chaparrita que insistía enseñarnos el baile del Cha-Cha-Cha (recién aparecido) y Félix, más enamorado que nunca. Y claro, el recuerdo pintoresco de un Panamericano inolvidable para todos al son de esos versos: “Acuérdate de Acapulco, de aquella noche…” 

La Argentina en esos años estaba consolidada deportivamente. Lo que no imaginábamos que todo cambiaría muy pronto y el deporte argentino se hundiría en un agujero negro del que le costaría años de sacrificio para salir. Detrás de tanta luz, música y color, se preparaba el espanto.

Fuente: Libro “A Capa y Espada” – Ed. Fabro

Página 103

Marzo 2016.

 

 

 

 

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